4 de Diciembre de 2013
Dog & Roll
Madrid
Guille Dinnbier vuelve a Madrid. Casi cinco meses después de su último concierto en mi ciudad, nos propone darle la vuelta a un miércoles gris y convertirlo en un miércoles para recordar, como lo fue aquella noche en la que le escuché en directo por primera vez, en la que pedía que me rescataras, en la que quería olvidarle, en la que te conocí y en la que la noche me trajo mi rescate inesperado.
Empiezo el día trabajando, soñando con la noche, imaginando que canciones cantara. Su música en mis cascos, mis miedos en los bolsillos y los sueños perdidos por la bufanda. Continúo conociendo un lugar mágico, donde alguien trabaja y hace más fácil otras vidas y me pregunto qué pasaría si estuviera sentada ahí de otra manera, si también podría resolver las piezas que a veces no encajan en mi cabeza.
Continuamos con una cena en la que se nos olvida brindar, aunque sabemos que si lo hacemos será por más noches de concierto o por más noches de concierto sin concierto.
Te veo desde el otro lado del cristal. Y parece la metáfora perfecta. ¿No piensas que a veces hay un cristal que nos separa? Sales a mi encuentro y tenemos claro que Guille Dinnbier no sólo será protagonista de mi historia con mi rescate, también lo será de la nuestra.
Empieza el concierto David Sales, que por mucho que diga que no es más que el telonero, nos saca sonrisas con sus canciones, plagadas de sinceridad y terminando con una canción llena de compromiso.
Sigue la noche José Moreno, pronto recuerdo que me gustaron sus canciones, sus letras y sus ojazos. Canta "Tal para cual" (canción que podría escuchar sin parar), que me ayuda a entender que siempre seremos diferentes pero que no tengo que preocuparme.
Empieza Guille Dinnbier a la vez que termina José Moreno, cantando una canción de Guille juntos. Sigue Guille en solitario, que tiene uno de esos días en los que el mundo parece que no quiere girar. Y yo me pregunto cuantas canciones habrá compuesto en días así. Me vuelve a enamorar escucharle en directo, me vuelve a hacer feliz, me vuelve a dar fuerzas para seguir queriendo soñar. Miro a mi izquierda y miro a mi derecha y sólo encuentro buenas sensaciones, me siento arropada escuchando a Guille, que sé que está destinado a ser uno de los grandes, y podré contar orgullosa que yo le vi en directo en conciertos pequeños antes de que todo cambiara.
Porque todo cambiará. Cambiarán los escenarios en los que cantará Guille, cambiará el tinte de mi pelo, cambiará el gris por el rojo. Algunos sueños cambiarán porque se convertirán en realidad. Y a la vez, nada cambiará. Seguirán los conciertos y los descubrimientos, tú y yo cantando juntos, las canciones de Guille siendo nuestra banda sonora.
Vuelvo a casa deseando que la noche no termine, que sigamos de cañas, de conversación, de risas y nunca suene el despertador. Pero tenemos que volver a la realidad, en la que sabes que eres afortunado y yo sé que puedo ser feliz.
Seguirá sonando Guille Dinnbier y soñaremos con su próximo concierto.
Vértigo
5 comentarios:
Mira que he ido a conciertos en mi vida y a ninguno de los tres los he visto en directo (todavía).
Veo que el concierto fue más que un concierto y que de un modo u otro a ti la música te hace bailar de una forma especial. A quién no :-)
Algunos días es más fácil ir a trabajar sabiendo que por la noche te esperan canciones.
Un abrazo grande.
Gran crónica. A ver si al próximo puedo apuntarme...
De concierto en concierto...
Me ha encantado tu blog, enhorabuena :)
No conocía a ninguno de los tres, pero tus crónicas de conciertos siempre dan ganas de descubrir a los artistas.
Un abrazo!
Siempre habrá noches donde soñar sea fácil,
siempre habrá un acorde, una melodía, un verso que nos ericen la piel,
...
siempre podremos enamorarnos mientras la canción exista,
porque siempre habrá una historia de huidas, rescates y sueños para recordar,
aunque la realidad nos espere cuando se apagan las luces...
La crónica, para enmarcar...
mil besos..o más
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