domingo, 30 de mayo de 2010

Trabajo

El despertador es el primer sonido que escucho. El agua en mi cabeza es la siguiente sensación. Algo de leche y cereales. Me visto rápido, sombra en los ojos y colonia fresca en las muñecas.

Espero el autobús con los cascos puestos, modo aleatorio y buenas canciones.

Llego a mi lugar, silencio en los pasillos, suenan los tacones, se escucha el tecleo en los ordenadores.

Pasan las horas, pasan los segundos. Pasan las cosas.

Mi compañera pone música, no me conoce, no sabe lo que se mueve por mi cabeza.

Escucho sin escuchar sus canciones, tecleo sin teclear, piso sin apoyar el tacón.

Un día más, especial como todos, sin nada extraño que contar.

Y la canción que empieza a sonar lo cambia todo, o simplemente lo mueve.

No puedo evitar sonreír, cantar en silencio cada palabra de la canción.

“No estudias, no trabajas”, “la vida parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme”, tantas veces he sentido esas frases, y algunas por fin las siento menos.

Aunque “últimamente me cuesta tanto no amarte” siempre me acompaña. Como me acompaña Ismael Serrano, que sonando de manera imprevista me alegra el día.

Vértigo

martes, 18 de mayo de 2010

Ismael Serrano


15 de Mayo de 2010
Palacio de Congresos
Madrid


Ismael Serrano siempre vuelve a Madrid y siempre se le espera.

Un escenario con más detalles que nunca, historias que contar muy enlazadas, grandes músicos a su alrededor y un repertorio escogido con cariño.

Parecen los ingredientes perfectos para un gran concierto. Lo normal sería que algo fallara, que dijera que estuvo bien pero que podía haber sido mejor.

Lo sorprendente es que fue perfecto.

Esta vez tenía todo en contra: mi enésimo concierto de isma, unos días raros, pocas fuerzas en mi cuerpo y un listón tan algo desde el que la vista da vértigo.

Todo apuntaba a que saldría diciendo que ya no es lo que era.

Afortunadamente, Ismael volvió a enamorarme y volví a desear que no acabara la noche.

Podría destacar infinitos detalles del concierto, cada canción, sus palabras, su puesta en escena, su “te eché de menos Madrid”, no estarás sola, la revisión de viejas canciones, vértigo…

Aun así, prefiero destacar el sentimiento que Ismael Serrano contagia. Se sale del concierto con una nueva vitalidad, mirando al mundo de otra manera, creyendo en utopías, confiando en el futuro.

Salí del concierto mucho mejor que entré, con fuerzas, sabiendo que en mi ventana saldrá el sol cada mañana.


Vértigo

miércoles, 12 de mayo de 2010