martes, 22 de febrero de 2011

Estoy rodeada de gente

Estoy rodeada de gente.


Veo que aquél me mira y me deja de mirar. El otro repasa mi cuerpo y sigue a por el siguiente.


No consigo oír a quien tengo cerca ni encontrar en su mirada algo que me transmita.


Muevo las caderas y cierro los ojos. Me siento sola. Los abro, compruebo el poco espacio que tengo y me siento más sola.


Miro a algún tipo y dejo de mirarlo. Repaso cuerpos y no me detengo en ninguno.


Tú podrías ser la persona que busco. Tus manos podrían apoyarse en mí para hacerse paso. Un disculpa escucharía de tu voz. Y tu mirada buscaría la puerta.


Y no me daría cuenta de que eres tú. Ni tú te darías cuenta de que soy yo.


Salgo y vuelvo a la calle. Y me pregunto qué hacía ahí dentro, donde no había espacio para bailar ni sueños que encontrar.


Vértigo.


domingo, 6 de febrero de 2011

Tiempo

Pierdo el tiempo.


Pasan las horas y si me preguntan qué he estado haciendo diré que nada, que el reloj fue avanzando y yo no se lo impedí, no intenté que los segundos duraran más, ni organicé los minutos en tareas.


Me mirarán sorprendidos, no entendiendo que fue de mí, de aquella estudiante que estiraba los días, que reducía sueños y estructuraba miedos.


No podré explicárselo. Ni con todo el tiempo del mundo podría transmitirles que ha cambiado.


Siguen pasando las horas y siguen creyendo que pierdo el tiempo.


Si me preguntas qué estoy haciendo, te diré que nada.


Me mirarás a los ojos y verás mi nada.


Verás que estuve escuchando el silencio, acompañando al segundero avanzar, sabrás que escribí mil historias en el aire y ninguna en el papel, que soñé sin cerrar los ojos y dormí sin abrirlos.


Me mirarás sorprendido entendiendo que sigo estirando los días, estructurando sueños y reduciendo miedos.


Y sé que te preguntas cómo estructuro sueños. Es sencillo, obligándome a soñar cada día. Sin perder el tiempo.


Vértigo.