Estoy rodeada de gente.
Veo que aquél me mira y me deja de mirar. El otro repasa mi cuerpo y sigue a por el siguiente.
No consigo oír a quien tengo cerca ni encontrar en su mirada algo que me transmita.
Muevo las caderas y cierro los ojos. Me siento sola. Los abro, compruebo el poco espacio que tengo y me siento más sola.
Miro a algún tipo y dejo de mirarlo. Repaso cuerpos y no me detengo en ninguno.
Tú podrías ser la persona que busco. Tus manos podrían apoyarse en mí para hacerse paso. Un disculpa escucharía de tu voz. Y tu mirada buscaría la puerta.
Y no me daría cuenta de que eres tú. Ni tú te darías cuenta de que soy yo.
Salgo y vuelvo a la calle. Y me pregunto qué hacía ahí dentro, donde no había espacio para bailar ni sueños que encontrar.
Vértigo.