No siento que estemos en navidades.
Monté el árbol, compré regalos, pasó nochebuena y comí asado y turrón en la comida del 25 de diciembre. Paseé por las tiendas repletas de gente, miré los puestos de la plaza mayor y los árboles de la castellana. Ignoré al rey, vi a raphael por la tele, cené con vino y brindé con champán.
Y aun así no siento que estemos en navidades. Parecía que no lo notaría pero lo estoy notando.
Me falta mi lista con cosas por hacer que llevo haciendo años, en la que apunto cada asignatura y todo lo que tengo que hacer de ella, pongo cada tema, los distintos apuntes que tengo, los ejercicios que tengo que hacer, los que quiero hacer; con el objetivo de aprovechar las navidades para repasar lo dado en clase y ponerme al día.
Y después voy tachando según lo hago, alegrándome cuando avanzo, agobiándome cuando queda demasiado por hacer. Poniéndome objetivos imposibles, antes de nochebuena, antes de fin de año, antes de reyes, antes de empezar las clases.
Siempre intentando que de tiempo para disfrutar las fechas, repitiéndome que el día de navidad no se estudia, olvidando que en año nuevo no seré capaz y que en reyes deberé jugar con los juguetes. Sacando horas para ir a comprar regalos, ver las luces, ir al super, quedar con los amigos.
Eran mis navidades, volvía con una sonrisa a clase sabiendo que no había tachado todo de mi lista pero que había sabido encajar las dos partes de mi navidad.
Este año no tengo mi lista, no hay nada que tachar. Puedo pasar horas mirando regalos y beber de más sin sentirme culpable. Debería ser estupendo. En parte lo es, parece que es navidad por primera vez, puedo verlo todo con ojos nuevos, puedo saborear el turrón despacio. Pero por otro lado, siento que algo falta, echo de menos mi lista, echo de menos esa presión por cumplir unos objetivos.
Ayer pensaba que simplemente me extrañaba la nueva situación y no me estaba adaptando. Hoy me he dado cuenta de que mi lista iba más allá, tener que cumplir unos objetivos tan claros me hacía estar alerta con otros más difusos obligándome a intentar cumplirlos, y no teniendo mi lista los estoy olvidando.
Estoy olvidando valorar los buenos momentos, estoy olvidando que no debería cambiar, que me propuse ser fiel a mi manera de mirar al mundo, estoy olvidando que nadie me quitaría mi sonrisa.
Estoy olvidando tachar las cosas importantes de la lista.
Vértigo