sábado, 27 de diciembre de 2008

Sms

Oye… que… lo siento. Me gustaría hablar contigo, me gustaría pedirte perdón. Quiero contarte lo que pasó por mi cabeza, la película que me monté, los sueños que una vez tuve. Ya lo sé, me equivoqué, me confundí. Pensé que a lo mejor tú yo podíamos ser algo más, que no éramos amigos, que tus intenciones eran diferentes. Las mías siempre fueron claras, bueno, no siempre estuvo clara mi cabeza, pero últimamente sabía lo que quería. Y quería estar a tu lado. Malinterprete tus llamadas, tus gestos, tu mano en mi cintura, los besos en la mejilla… Pensé que significaban algo, pensé que me veías diferente. Llegué a creer que era posible, que tú también querías estar a mi lado. Ahora veo que no y siento que te he molestado cuando no era mi intención. Siento haber creído algo que no era. Siento haber soñado que yo te importaba. Siento no haberte considerado un amigo más. Siento que no me des una oportunidad. Lo siento.

Vértigo

lunes, 22 de diciembre de 2008

Ismael Serrano

20 de Diciembre de 2.008
Palacio de Congresos
Madrid


Podría contar muchas cosas del concierto de Ismael Serrano. Podría hablar de tres horas increíbles, de las canciones que cantó, de las versiones que hizo. Podría comentar que se le ve más libre a la hora de elegir el repertorio y de versionar sus propias canciones. Podría contaros sus chistes y cómo es capaz de reírse de si mismo. Podría describiros cómo cantamos con él muchas canciones. Podría deciros que fue impresionante. Pero seguramente esas palabras podrían contároslas la mayoría de los asistentes.

Pretendo compartir otras impresiones. Lo intentaré.

Un concierto de Ismael Serrano es algo extraño para mí. Ya he ido a muchos, pero me sigue sorprendiendo como me remueve. Cuando el sábado escuchaba sus canciones y sus palabras me sentía con poder. No con poderes malos, ni mágicos, ni mucho menos peligrosos. Me sentía con poder sobre mi vida, sobre mi misma, sobre mis acciones, sobre mis decisiones. Decisiones que pueden hacer que pase por la vida sin darme cuenta o que me implique en cada segundo de lo que viva. Y decidí lo segundo. Porque estoy de acuerdo cuando dice que otro mundo es posible, que no debo culpar al destino y que no debo dejar que me entre el virus del miedo.

Salí del concierto mirando de manera diferente. Con ganas de hablar, de criticar, de luchar, de sufrir, de perder, de sonreír, de enamorarme, de vivir. Salí teniendo claro que lo importante no es el final, sino el trayecto.

Lo bueno es que estos sentimientos me durarán hasta el próximo concierto, en el que Ismael Serrano me los volverá a recordar.


Vértigo

jueves, 18 de diciembre de 2008

Telediario

Hoy he puesta la televisión y he visto el telediario. He oído las noticias que todos los días me mueven el estómago, las que me hacen sonreír y las que me dejan indiferente. Muertes en guerras injustas, hambre en demasiados lugares, lluvia en mi ciudad, frío en mi barrio, sitios exóticos, niños pidiendo caramelos, el precio del petróleo, peleas deportivas. Noticia tras noticia van pasando delante de mí. Las escucho, las observo, trato de pensar en ellas. Muerte, lucha, injusticia. Todas me llegan. Todas me duelen. Hay mucho por lo que luchar, mucho que cambiar. Pienso en las noticias, pienso en mi alrededor. Siento que formo parte, siento que tengo que intervenir. Quiero cambiar el mundo. Quiero que sea un lugar mejor para todos. Y para ti. Te miro y pienso en la suerte que tengo por tenerte a mi lado.


Vértigo

martes, 16 de diciembre de 2008

Telediario

Hoy he puesto la televisión y he visto el telediario. He oído las noticias que todos los días me revuelven el estómago, las que me suelen sacar una sonrisa y las que me dejan igual. Muertes en países lejanos y no tan lejanos, sin techo en mi ciudad, frío en mi barrio, restaurantes raros, mascotas buscando hogar, crisis en la bolsa, los resultados de la liga. Noticia tras noticia van pasando delante de mí. Las escucho, las observo, trato de pensar en ellas. Muerte, odio, destrucción. Ninguna me llega. Hoy ninguna me duele, nada consigue mantener mi atención. Hoy no estoy pensando en lo mal que van las cosas, en todo lo que hay que cambiar, en todo lo que quiero cambiar. No pienso en las noticias, no pienso en mi alrededor. Me siento insensible. Hoy no quiero cambiar el mundo, no quiero que sea un lugar mejor. Hoy sólo pienso en por qué no me quieres.


Vértigo

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Alguien que cuide de mí - Christina y los subterraneos

Que en sus brazos me sienta
una niña pequeña
sonría, le mienta
y se trague mis penas.

Que sacuda mi cama
como un animal
y que por la mañanas
me dé un poco más.

Que no sea muy malo
que no sea muy bueno
y se me hace regalos
que no le cuesten dinero.

Alguien que cuide de mí
que quiera matarme
y se mate por mí.

Que no quiero más chulos
que no traen un duro
ni tíos muy feos
con un gran empleo.

Que no quiero borrachos
ni locos de atar
ningún mamarracho
que me haga llorar.

Ni chicos perdidos
buscando a mamá
ni tipos muy finos
que luego te la dan

Alguien que cuide de mí
que quiera matarme
y se mate por mí.

Que me lleve a la feria
y luego a bailar
lo dejaré ver mis medias
para que corra detrás.

Alguien que cuide de mí
que quiera matarme
y se mate por mí.

jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Qué podría pasar?

¿Y si me miras? ¿Qué podría pasar?

No, así no, no me mires como lo hiciste ayer, como si fueras a pedirme apuntes, como si fuera tu amiga. No, no lo hagas así. Hoy quiero que me mires diferente. Quiero que me mires fijándote en mi brillo de labios, en el rimmel de mis ojos, en el escote que me puse por ti. Fíjate en todo eso como si fuera la primera vez que me ves, como si yo fuera distinta, como si creyeras que estoy tratando de seducirte. Así quiero que me mires. ¿Me estás mirando? Inténtalo otra vez. Repásame de nuevo y huele mi nueva colonia. ¿Ya está? ¿Y ahora qué? ¿Qué podría pasar?

Vuelve a mirarme. No olvides lo que acabas de ver, pero vuelve a mirarme. No, así no, no me mires como si quisieras liarte conmigo, como si no me conocieras, como si fuera una chica fácil con escote. No, no lo hagas así. Ahora quiero que me mires diferente. Quiero que me mires recordando los momentos que hemos compartido, las miradas cómplices, las horas de teléfono, las sonrisas en clase. ¿Me estás mirando? Vuelve a hacerlo. ¿Ya está? ¿Qué podría pasar?

Mírame otra vez. No, así no, no me mires como si no me conocieras y tampoco me mires como si fuera tu amiga. No, no lo hagas así. Quiero que me mires fijándote en mí a la vez que recuerdas quien soy. ¿Me estás mirando? Hazlo otra vez. ¿Ya está? Y ahora, ¿qué podría pasar? Decide, ya es el momento. Estoy aquí y te estoy esperando. Vuelve a mirarme. ¿Qué podría pasar?

Vértigo