jueves, 14 de septiembre de 2017

Marilia

8 de Septiembre de 2017
Centro comercial Arturo Soria
Madrid

Mis noches de concierto siempre son mágicas. Escuchar las canciones que tengo grabadas en la cabeza en directo es un ritual que hace que el mundo pare durante unas horas y todo parezca posible. 

Empiezo pintándome los labios de rojo, tratando de maquillarme los ojos lo mejor posible y vigilando que el flequillo no quede mal del todo. 

Cada acompañante que he tenido en los conciertos a los que he ido era alguien muy especial para mí. No todos siguen en mi vida ahora, pero en su momento fueron los mejores acompañantes posibles. A veces, seguidores del cantante, otras buenos amigos dispuestos a acompañarme y otras alguien a quien se le iluminan los ojos cuando se me iluminan a mí. 

El viernes pasado viniste tú, que apareciste en mi puerta y me dijiste que sí, que te venías al concierto conmigo. Ya de camino preguntaste "¿de quién habías dicho que era?"

Te cuento que es de Marilia, que seguro que recuerdas a Ella baila sola, que ya te he hablado de ella, que tiene dos discos en solitario, que la he estado escuchando bastante y que hasta ahora no había podido cuadrar ir a un concierto suyo.

Llegamos al centro comercial Arturo Soria, al que no había ido nunca. Me asombra la cantidad de gente que hay cerca del escenario y pienso que es por el concierto. Pero gran parte de la gente simplemente toma algo en las terrazas. Ya sabes que no me gustó como estaba organizado, que me pareció que se faltaba al respeto a la música en directo, que parecía que Marilia era la música ambiente que suena mientras te tomas una cerveza, que no hubiera sido tan difícil organizarlo mejor. Pero tampoco nos vamos a centrar en lo que no me gustó, que además, ni tuvo que ver contigo ni con Marilia.

Antes de empezar te hablo de una canción, te digo que atento cuando la cante, que es una gran canción y que quiero robarle las palabras a Marilia. 

Mientras esperamos nos pedimos un vino y una cerveza, hablamos de la vida, de nuestros problemas, de las soluciones y de todos los besos que nos faltan por darnos. 

Aparece Marilia en el escenario y canta "Una tarde con Clint". Un comienzo valiente, dejando claro que es algo más que la mitad de Ella baila sola. Se suceden las canciones, nuevas y antiguas. Me miras sorprendido al ver que canto todas, que las siento, que las entiendo, que las vivo. Ya viste que se nota que Marilia no es nueva en este mundo, que domina el escenario, que sabe que es un público extraño, que quizás hasta que no cantó "cuando los sapos bailen flamenco" había gente que prestaba poca atención. ¿Y qué nos importa? te digo, nosotros sabemos por que hemos ido.

Imagino que es difícil tener un pasado como el de ella y un futuro más incierto. Pero parece que va dando los pasos correctos. Escuchas atento sus letras, me miras cuando me indigna que siga habiendo mujeres florero, te sorprende que cante en alto, que me levante a bailar la última canción, que te bese cuando no te lo esperas.

Te introduzco cada canción, te digo que te vas a reír con Señoras, que que buena es Superviviente, sonreímos al escuchar la versión de Violeta Parra (y nos sorprende la ausencia de aplauso cuando la nombra), te asustas cuando canto "claro que hace falta hablar", miramos a Vilma y Alondra y te digo que habrá que buscarlas para escucharlas, nos planteamos en silencio la vida cuando suena "si no es un sí es un no". 

Y en la introducción de "Marilyn y superman" ya te aviso que es la canción de la que te hablé. Y te la canto entera, mirándote a los ojos mientras Marilia pone palabras a mis sentimientos. No sé qué piensas, sólo me miras y sonríes, te dejas besar, te dejas cantar y yo entiendo que lo nuestro es una "una historia de verdad".

Termina el concierto y tengo la sensación de haber vivido algo mágico. Ya, ya lo sé, no me recuerdes lo que no me gustó, que no volveré a ese centro comercial, pero sabes que quiero volver a ver a Marilia en directo y que quiero que me sigas acompañando a los conciertos.


Vértigo