jueves, 27 de marzo de 2014

Rafa Pons

22 de Marzo de 2014
Galileo Galilei
Madrid

El pasado verano en un pueblo de la mancha escuché por primera vez a Rafa Pons. Un festival de cantautores al que fui por Luis Ramiro y del que volví enamorada de Rafa. Unos meses después fui a verle en Galileo Galilei. Y el sábado 22 de marzo fue nuestra tercera cita. 

Como él diría, nos vamos conociendo. Y no voy a negar que me gusta.

Rafa Pons consigue que el concierto sea feliz. Podría resumirlo en sonrisas y buenas sensaciones. Ganas de vivir la vida. No de sufrirla, no de pasarlo mal ni de pelear pensando en derrotas. De sentir con optimismo, con alegría, con vitalidad.

No estoy diciendo que cree un mundo disney, porque no lo hace. Ni que sea un concierto con fuegos artificiales, con decorados y sin verdad. Porque también hay sentimiento, profundidad, referencias actuales y críticas al mundo en el que vivimos.

Nuestra tercera cita fue perfecta. De esas que sabes que habrá cuarta, quinta y todas las que él quiera. Ya en la primera le hubiera invitado a subir a casa, en la tercera le hubiera dicho que pasara "diez minutos o toda la vida"

El concierto empezó con las cuatro primeras canciones de su último disco. Supe que cantó "A que me enamoro" porque yo se la pedí. Esta vez no tuve que sacar el móvil para escribir un "ya no me asusta el invierno", sólo tuve que coger su mano.

Siguieron clásicos de sus anteriores discos, anécdotas, canciones nuevas y muchas risas. El alma a flor de piel escuchando "Supongo" y "Nieve en la ventana".

Rafa es un hombre espectáculo, en el buen sentido. Que me hace reír y me pone sensible, al que me comería y después le pediría un abrazo de esos que nunca me han gustado. Siempre sonriendo mientras él está en el escenario, mientras suena su música

En las últimas canciones nos apartamos de las mesas para poder saltar, poder mover los pies que llevan todo el concierto queriendo bailar. Da igual lo que pase fuera de galileo, que el mundo se derrumbe o arda madrid, durante el concierto somos felices.

Salimos de galileo con la felicidad en el cuerpo, esperando no tardar mucho en tener otra cita con Rafa Pons.


Vértigo

martes, 18 de marzo de 2014

Tarde

Una noche te despertarás de madrugada y sentirás que se te ha olvidado algo. Te incorporarás en la cama y le mirarás. El silencio lo invadirá todo. Comprobarás de nuevo que sigue ahí y sonreirás. Es el amor de tu vida y duerme feliz a tu lado. Nunca soñaste la vida que ahora tienes. Te cuesta recordar aquella chica que eras, siempre independiente, siempre a su aire. Hasta que le encontraste y tu mundo empezó a girar a su alrededor. Descubriste nuevas aficiones y nuevas posibilidades. De su mano caminaste con paso firme. 

Han pasado años y sigues en la misma nube. Suspirando con sus llamadas, dejando que te haga feliz y haciéndole feliz cada día. 

Pero algo estarás olvidando. Pasearás por la casa buscando una explicación, algo que no hicieras, un motivo para estar despierta. Seguro que habrás puesto el lavavajillas, él habrá planchado y el fuego estará apagado.

Seguirás pensando, dando vueltas, queriendo dormir aunque prefiriendo descubrir que está fallando, porqué estás despierta.

Te acordarás de mí. Y cogerás el teléfono para escribirme o para llamarme. Sólo para hablar. Mirarás el teléfono y te entrarán dudas. Si habré cambiado de móvil, si me habré mudado, si seguiré con aquel chico con el que estaba quedando, si seguiré escribiendo relatos e historias imposibles. Y te darás cuenta de que no lo sabes. No tendrás ni idea.

Intentarás recordar la última vez que hablamos, que nos sentamos delante de un tinto de verano para reírnos de la vida. Pensarás en alguna cena de navidad en la que seguramente coincidimos y nos saludamos educadamente. Te preguntarás por qué ya no recibes correos míos preguntando qué tal, por qué te deje de proponer planes, por qué ya no sabemos de nuestras vidas cuando hubo un tiempo en el que al mirarnos nos lo decíamos todo.

Al pensar mí, pensarás en tus otras amigas. Y sólo estarás en contacto con las novias del que duerme a tu lado. El resto fueron desapareciendo y esta noche parece que las echas de menos.

No me llamarás. Ni te llamaré yo aunque también esté despierta pensando en ti. 

Te dirás que las cosas cambian. Y yo me diré que te echo de menos, pero que me cansé de decirte que buscaras tiempo para quedar las dos sin nadie más, de querer que tuviéramos nuestro mundo también, de luchar por una batalla que perdí el día que le conociste.

Seguirás pensando y te darás cuenta de lo que has olvidado. Llevas años olvidando cuidar a tus amigas y puede que sea demasiado tarde. O no.


Vértigo

viernes, 7 de marzo de 2014

Operación dragón

No dirás que no aviso con tiempo... ¿Nos vemos el 25 de abril?