viernes, 26 de septiembre de 2008

Cerca o lejos

¿Estás cerca? ¿Dónde estás? Dímelo. No pretendas que lo adivine. No juegues conmigo. ¿Estás aquí? ¿Estás lejos?

A veces siento que respiras en mi cuello. Pero me giro y no estás.

A veces siento que estás en otro planeta. Pero me giro y me choco contigo.

A veces quiero saber dónde estás. A veces no.

Ya lo sé. Me confundo y te confundo. Te aburro y me aburro. No te gustan mis a veces. Y a mí no me gustan tus movimientos.

¿Dónde estás? Ahora quiero saberlo. Ahora lo tengo claro.

¿Estás cerca? ¿Estás lejos? Ya no hay a veces. Por fin es o todo o nada

Si estás lejos, márchate y no vuelvas. Si estás cerca, no me vuelva a dejar sola.


Vértigo

domingo, 21 de septiembre de 2008

Me contó

Me contó que no había sido capaz de enamorarse, que no se abrió y que no permitió que ella entrara. Con estas palabras intentaba explicarme los motivos por los que el día anterior había roto con ella.
Motivos que en su cabeza veía claros, aunque tampoco los entendía. Estaba triste, y saber que ella lo estaba por su culpa le comía por dentro.
Ella era perfecta, era la chica con la que siempre había soñado, hasta llegó a imaginar que podría haber sido el amor de su vida. Pero no lo era, y él temía que todo fuera su culpa. Se sentía frío, insensible, y aun así, estaba muy triste.
Me contó que una vez le rompieron el corazón, y que desde entonces no se había enamorado.
Y entonces entendí sus motivos. Las heridas cicatrizan despacio y es difícil perder el miedo.
Traté de animarle, le dije el tópico del tiempo lo cura todo, que cuesta creer pero es cierto. Ella lo superaría y él también.
Me contó que estaba triste.

Vértigo

viernes, 12 de septiembre de 2008

Días rojos


—¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?


—¿Color rojo? querrá decir negro.

—No, se puede tener un dia negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué.


Desayuno con diamantes