viernes, 9 de enero de 2015

Mi verdad

Eres mi verdad, mi norte,
la estrella polar que nunca busqué.
Sabes que tengo frío por las noches,
miedo durante el día,
y me muevo entre incertidumbres y vértigos.

No es fácil estar a mi lado,
descubriendo que sonrío a medias,
que me pierdo entre la manta,
que no necesito rescates,
pero quiero abrazos eternos.

Eres mi verdad, mi norte,
que me sujeta cuando vuelo,
y me levanta cuando piso baldosas,
que discute y me rebate,
me hace plantearme pensamientos,
que quiera luchar por mis ideales,
aunque ni los compartamos.

A tu lado doy más las gracias
y me quejo menos,
quizás nos equilibramos,
y contigo soy más yo de lo que soy sin ti,
más grande o más pequeña,
escondida en tu cama,
o agarrada fuerte de tu mano,
diciéndote que no me sueltes,
que no me dejes alejarte.

Eres mi verdad, mi norte,
apareciste en medio de guerras perdidas,
de mentiras que querían ser historias,
de complicaciones sin sentido.
Y llegaste sin hacer ruido,
proponiendo sinceridad y paz,
terremotos en el estomago
y calma en la mirada.

Una vez entre lágrimas,
dije que no me volvería a enamorar,
y dando pasos correctos,
disfrutando de tardes de cine,
siendo el tópico del que renegué,
acabé enamorándome de ti.

Eres mi verdad, mi norte,
quien me hace sentir sin traumas,
me recuerda que se puede ser feliz,
que no tengo que vivir atormentada
por fracasos pasados ni por futuros inciertos. 
Quien me demuestra que puedo perder el norte,
porque el norte me encontrará a mí.

Eres mi verdad, mi norte. 



Vértigo