sábado, 16 de mayo de 2020

Valeria - 15 de mayo

Hace mucho que no escribo críticas y las últimas fueron sobre conciertos, tratando de recordarles por escrito más que intentando ser objetiva. 

Nunca he escrito sobre una serie pero nunca hemos estado en esta situación. Así que me doy permiso para hablar sobre Valeria, la última serie que he visto. 

Reconozco que no ha sido mi serie favorita, que la he visto con el interés justo para darle al siguiente capítulo pero sin la intriga de saber qué iba a pasar y sin miedo a terminarla y sentirme vacía. 

¿Por qué escribir sobre ella? Quizás porque es muy madrid. Madrid es el personaje que más me ha gustado de la serie, ver mi ciudad, mis lugares, mis calles llenas de gente, de vida, de pasión. Es cierto que al principio me parecía algo forzado, que no resultaba natural pero al final que madrid estuviera ahí era un motivo para ver la serie. 

Recuerdo la película La virgen de agosto, que me encantó, tan madrid también. Y recuerdo Las altas presiones, una película gallega que me recordó lo que el cine me puede ofrecer. Y quizás, porque la actriz protagonista de Valeria salía en aquella película, esperaba que esta serie fuera una mezcla de aquellas dos películas. Ya sé que no tiene ningún sentido y era una teoría tonta. 

No he leído los libros en los que se basa la serie ni sabía que existían pero me temo que también tenía prejuicios frente a esta serie. 

Podría empezar a criticar guiones y personajes pero al igual que en mis críticas de conciertos, realmente no pretendo criticar, pretendo comentar, sentir, compartir contigo mis impresiones. 

Un día como hoy, el san isidro más raro, me parece curioso terminar una serie tan madrid. En el que los personajes hoy irían a la pradera y comerían rosquillas. Como lo hago yo todos los años. 

En lugar de eso busco el bolígrafo y el papel para tratar de escribir. Busco el móvil para enviar buenos deseos. Y busco una nueva serie. 


Vértigo

sábado, 2 de mayo de 2020

Encerradas

Mira por la ventana y le parece irónico tener una cárcel delante. Ella no puede salir a la calle ni sus vecinas de enfrente tampoco. Es una cárcel especial de mujeres, cree que pueden estar con sus pequeños, que no han cometido delitos graves. Pero tampoco puede asegurarlo, tanto tiempo viendo la cárcel pero nunca se ha informado. Algunas veces ha visto personas en la puerta esperando y ha imaginado que eran sus novios, maridos, hermanos preparados para estar con ellas unos instantes, que seguro que eran inolvidables para unos y para otros. 

Piensa en su vida, en la suerte que ha tenido siempre. Nunca ha cometido ningún delito pero sabe que no todo es mérito suyo. Es fácil hacer las cosas bien cuando todo alrededor está bien. No sabe nada de gente que acaba en la cárcel, más allá de películas y  telediarios. Pero supone que muchas de sus vecinas tuvieron mala suerte. Puede que se juntaran con malas compañías o puede que la mala compañía fuera su familia y ya fuera muy difícil cambiar su destino. Piensa en cuantas veces habrá dicho frases hechas como que cada uno decide el tipo de persona que quiere ser. Ahora piensa que eso es real y es muy fácil cuando la vida no te da golpes, cuando no tienes que preocuparte por comer, cuando no dependes de ninguna sustancia, cuando ser buena gente es lo normal a tu alrededor. 

Tampoco quiere pasarse de romántica, sabe que no todo es blanco o negro, que habrá todo tipo de mujeres y de situaciones. Aunque a veces le cueste verlo, puede que no siempre se pueda culpar a las circunstancias. Ahora que también está encerrada, sabe que no es comparable su encierro al de ellas. Vuelve a sentirse afortunada. Puede que sea el sentimiento que más está teniendo estas semanas. Si la vida hubiera sido diferente, puede que estuviera enfrente y también pensaría en la gente que vive enfrente, en cómo han acabado en un bloque de viviendas y no en una cárcel. Puede que también estuviera con un bolígrafo y un folio, puede que también soñara con escribir. 

Vuelve a mirar por la ventana. El sol está precioso y tiene ganas de salir a la calle, de pasear, de ver a su gente, de dar millones de abrazos. Piensa que cuando salga será diferente, que todo será más intenso, que quizás no sea la misma.  Vuelve a mirar a la cárcel y no sabe, no sabe nada de lo que pasa dentro pero espera que cuando puedan salir también sea para ellas todo diferente y tengan más suerte.


Vértigo