jueves, 13 de febrero de 2014

Princesa

Se mira en el espejo de cuerpo entero y sonríe. Se ha puesto un vestido que le favorece, que potencia su cintura, sus piernas largas y disimula su poco pecho. Ha peinado su pelo rubio, de bote, para que quede ondulado. Ha maquillado sus ojos con rimmel y sombra negra, algo de colorete en las mejillas y brillo en los labios. Le falta ponerse los tacones y estará preparada para empezar la aventura, la noche de fiesta, la búsqueda de una nueva vida.

Conoce sus puntos fuertes y su belleza es uno de ellos. Junto a sus conocimientos de moda y accesorios, hará que te gires cuando te cruces con ella.

Sabe que no te podrá hablar de sus estudios, ni de sus planes de futuro, ni de sus miedos cuando se va a dormir. Pero podrá contarte historias, experiencias, explicarte su manera de entender la vida, las relaciones, el amor. Te hablará de la familia, de la amistad, de sacar las uñas cuando siente que atacan a su gente.

No te contará que le hicieron daño, que jugaron a prometerle un castillo y un anillo y le acabaron dando nubes y chatarra.  Le sigue doliendo pensar que se creyó la película que le contaron, que le miró a los ojos y le dijo un "te quiero", que estaba dispuesta a abandonar su mundo por vivir un mundo juntos.

Él cerró la historia e hizo que ella tuviera que cerrarla. Tardó meses, lloró por las noches, caminó perdida y necesitó besos y abrazos para volver a creer en cuentos de hadas, en los que siempre había puesto sus esperanzas.

Esta noche saldrá con ellas, buscando un príncipe que la rescate, que le diga lo hermosa que es, que le mantenga la puerta y la respiración, que le ofrezca estabilidad y pasión, con el que hablar y soñar, con el que dormir y reír, que la convierta en princesa.

Sabe que seguiré sin entenderla, que diré que es un error esperar que alguien te salve, que tiene que salvarse ella sola, que tiene que construir su futuro y confiar que aparezca alguien con quien compartirlo, no esperar que se lo construyan.

Sentiré que nos traiciona, que hemos luchado por ser independientes, por una igualdad de la que ella parece renegar en silencio. Sus buenas intenciones, su buen corazón, su lealtad hace que hasta lo olvide cuando brindamos con margaritas y planeamos un futuro en el que todo cambiará menos nuestra amistad.

Antes de salir se vuelve a mirar en el espejo, esta vez acerca la cara y empieza a vislumbrar arrugas y, como diría ella, marcas de expresión. El tiempo empieza a acabarse y el reloj no parece querer pararse.

Entrará en una discoteca de moda y esperará a que los aspirantes a príncipes se acerquen a ella. Se fiará de su instinto sin dejarse llevar. Medirá sus palabras, sus pasos, sus movimientos. Se fijará en los ojos, en el peinado, en la marca de la camisa, y en el futuro que le venda.

Bailando en la pista vigilaré los comienzos, sabiendo que puede no ser el mejor lugar pero que tampoco es el peor, que el destino y el amor se pueden esconder debajo de las luces de una discoteca o al girar la esquina.

Sólo querré que ella sea feliz, que se sienta bien por las mañanas y al llegar la noche, que sonría y se sienta en su cuento de hadas.

Aunque, no se lo digas a nadie, me gustaría que la felicidad le llegara de manera inesperada, que rompiera sus esquemas, con alguien que no fuera un príncipe, que no la rescatara, que no le ofreciera una vida acomodada ni regalos por san valentín, que consiga que se sienta princesa, pero de las que luchan y se levantan con actitud, que le ayude a crecer, a evolucionar, a madurar. Y juntos creen un futuro y su cuento de hadas tenga un final feliz.


Vértigo

7 comentarios:

Catadora de sabores dijo...

...y llegará, aunque siga esperando mirando.el reloj viendo que el tiempo no pasa tan deprisa.como le gustaria...

quizas baste con que se lo digas una vez mas,.o quizas por.prinera vez quien sabe..a veces necesitamos.rayos de esperanza despues de.tanto Vertigo.

cuidate!!

Mónica PG dijo...

Las mejores historias no tienen finales y, sobre todo, sus comienzos nunca se predicen

Eternainocencia dijo...

¿Quién sabe? A lo mejor el final, es el menos esperado...

candela dijo...

Nunca se sabe, quizá encuentre una sorpresa donde menos espera...

Besos

Luis Cano Ruiz dijo...

Creo que las cosas llegan cuando menos te las esperas, o cuando menos planes pones en ellas. Porque al final la planificación impide ver las sorpresas, y entonces, en vez de romper sus defensas, rompen su corazón, y eso es más difícil de pegar con superglue.

Cuídate.

Óscar Sejas dijo...

Buscar príncipes de cuento es un error, porque no existen. Creo que yo tampoco podría darle la razón, no se puede esperar que nadie te salve, uno debe aprender a volar solo y compartir su vuelo, si quiere, con alguien que también sepa volar solo.

El problema es que cuando tenemos el corazón roto tratamos de aferrarnos a lo que consideramos una certeza, el problema es que esas certezas la mayor parte de las veces sólo traen más dudas.

Salud y abrazos.

Anónimo dijo...

Aunque sepas que no existen, todas queremos ser princesas en algún momento.

Un besote!