Se mira
en el espejo de cuerpo entero y sonríe. Se ha puesto un vestido que le
favorece, que potencia su cintura, sus piernas largas y disimula su poco pecho.
Ha peinado su pelo rubio, de bote, para que quede ondulado. Ha maquillado sus
ojos con rimmel y sombra negra, algo de colorete en las mejillas y brillo en
los labios. Le falta ponerse los tacones y estará preparada para empezar la
aventura, la noche de fiesta, la búsqueda de una nueva vida.
Conoce
sus puntos fuertes y su belleza es uno de ellos. Junto a sus conocimientos de
moda y accesorios, hará que te gires cuando te cruces con ella.
Sabe que
no te podrá hablar de sus estudios, ni de sus planes de futuro, ni de sus
miedos cuando se va a dormir. Pero podrá contarte historias, experiencias,
explicarte su manera de entender la vida, las relaciones, el amor. Te hablará
de la familia, de la amistad, de sacar las uñas cuando siente que atacan a su
gente.
No te
contará que le hicieron daño, que jugaron a prometerle un castillo y un anillo
y le acabaron dando nubes y chatarra. Le
sigue doliendo pensar que se creyó la película que le contaron, que le miró a
los ojos y le dijo un "te quiero", que estaba dispuesta a abandonar
su mundo por vivir un mundo juntos.
Él cerró
la historia e hizo que ella tuviera que cerrarla. Tardó meses, lloró por las
noches, caminó perdida y necesitó besos y abrazos para volver a creer en
cuentos de hadas, en los que siempre había puesto sus esperanzas.
Esta
noche saldrá con ellas, buscando un príncipe que la rescate, que le diga lo
hermosa que es, que le mantenga la puerta y la respiración, que le ofrezca
estabilidad y pasión, con el que hablar y soñar, con el que dormir y reír, que
la convierta en princesa.
Sabe que
seguiré sin entenderla, que diré que es un error esperar que alguien te salve,
que tiene que salvarse ella sola, que tiene que construir su futuro y confiar
que aparezca alguien con quien compartirlo, no esperar que se lo construyan.
Sentiré
que nos traiciona, que hemos luchado por ser independientes, por una igualdad
de la que ella parece renegar en silencio. Sus buenas intenciones, su buen
corazón, su lealtad hace que hasta lo olvide cuando brindamos con margaritas y
planeamos un futuro en el que todo cambiará menos nuestra amistad.
Antes de
salir se vuelve a mirar en el espejo, esta vez acerca la cara y empieza a
vislumbrar arrugas y, como diría ella, marcas de expresión. El tiempo empieza a
acabarse y el reloj no parece querer pararse.
Entrará
en una discoteca de moda y esperará a que los aspirantes a príncipes se
acerquen a ella. Se fiará de su instinto sin dejarse llevar. Medirá sus
palabras, sus pasos, sus movimientos. Se fijará en los ojos, en el peinado, en
la marca de la camisa, y en el futuro que le venda.
Bailando
en la pista vigilaré los comienzos, sabiendo que puede no ser el mejor lugar
pero que tampoco es el peor, que el destino y el amor se pueden esconder debajo
de las luces de una discoteca o al girar la esquina.
Sólo
querré que ella sea feliz, que se sienta bien por las mañanas y al llegar la
noche, que sonría y se sienta en su cuento de hadas.
Aunque,
no se lo digas a nadie, me gustaría que la felicidad le llegara de manera
inesperada, que rompiera sus esquemas, con alguien que no fuera un príncipe,
que no la rescatara, que no le ofreciera una vida acomodada ni regalos por san
valentín, que consiga que se sienta princesa, pero de las que luchan y se
levantan con actitud, que le ayude a crecer, a evolucionar, a madurar. Y juntos
creen un futuro y su cuento de hadas tenga un final feliz.
Vértigo
7 comentarios:
...y llegará, aunque siga esperando mirando.el reloj viendo que el tiempo no pasa tan deprisa.como le gustaria...
quizas baste con que se lo digas una vez mas,.o quizas por.prinera vez quien sabe..a veces necesitamos.rayos de esperanza despues de.tanto Vertigo.
cuidate!!
Las mejores historias no tienen finales y, sobre todo, sus comienzos nunca se predicen
¿Quién sabe? A lo mejor el final, es el menos esperado...
Nunca se sabe, quizá encuentre una sorpresa donde menos espera...
Besos
Creo que las cosas llegan cuando menos te las esperas, o cuando menos planes pones en ellas. Porque al final la planificación impide ver las sorpresas, y entonces, en vez de romper sus defensas, rompen su corazón, y eso es más difícil de pegar con superglue.
Cuídate.
Buscar príncipes de cuento es un error, porque no existen. Creo que yo tampoco podría darle la razón, no se puede esperar que nadie te salve, uno debe aprender a volar solo y compartir su vuelo, si quiere, con alguien que también sepa volar solo.
El problema es que cuando tenemos el corazón roto tratamos de aferrarnos a lo que consideramos una certeza, el problema es que esas certezas la mayor parte de las veces sólo traen más dudas.
Salud y abrazos.
Aunque sepas que no existen, todas queremos ser princesas en algún momento.
Un besote!
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