Vuelves a hacer maletas y a preparar cajas, a guardar recuerdos e historias, a rescatar sueños e ilusiones. Vuelves a mirar a una ciudad nueva, a saber que tendrás que encontrar tu sitio, descubrir sus calles, buscar tus nuevos lugares, conseguir sentirte como en casa.
Vuelves a decir adiós a madrid, que te recibió con dudas hace años pero de la que te acabaste enamorando.
Sabemos que aquí descubriste otros mundos, noches de fiesta y días de estudio, sonrisas eternas y lágrimas sin consuelo. Encontraste con quien compartir los días buenos y los no tan buenos y un lugar al que siempre poder volver, como siempre lo haces.
Dudo si esta vez será diferente y tus raíces empiecen en tu nuevo destino. Durante un segundo me preocupa la posibilidad de no volver a convivir en la misma ciudad y al instante siguiente entiendo que para lo importante dará igual que estemos en la misma clase o en puntos opuestos de la tierra.
Reconozco que lloraré esta noche, que maldeciré el destino que nos separa, que lamentaré que madrid no consiga retenerte, que culparé a la vida, al trabajo, a la crisis, al futuro por llevarte lejos. Después me quitaré las lágrimas de la cara y volveré a sonreir, como siempre hago. Y pensaré que este cambio es lo que necesitas, que es lo que quieres, que no es tu momento para estar en madrid, que serás feliz en tu nuevo hogar y tu felicidad me hará feliz a mí. Recordaré que me gusta escribir correos infinitos, que te mandaré fotos cada vez que cambie el color del tinte y de sábanas, que sabrás de mis miedos y de mis sueños. Recordaré que te gusta hablar por skype, mandarme fotos con nuevas ilusiones, contarme los cambios y los comienzos, no ser el centro de la foto pero siempre estar en los días importantes.
Recordaré todo lo que hemos pasado. No siempre lo puse fácil y ahí seguiste, escuchando mis tonterías, aguantando mis peores noches y comprendiendo los errores que tenía que cometer.
¿Sabes? Creo que nuestras historias, nuestros enfados, nuestros extraños momentos han conseguido que ahora sienta que nuestra amistad es tan fuerte que nada la puede destruir. No lo consiguió mi corazón roto, ni los tipos incorrectos a los que me acerco, ni la diferente manera que tenemos de entender el mundo a veces, ni los kilómetros que ya nos separaron. No lo conseguirán ni esta nueva distancia, ni los años, ni la vida.
Llueve en madrid y siento que lo hace por ti. Son lágrimas que se nos escapan. Te echará de menos esta ciudad y también lo haré yo. Esperaré tus visitas, preparé las maletas para ir a dormir a tu sofá, soñaré con días soleados.
Vuelves a marcharte y mientras lo haces suena nuestra canción, mientras no deje de sonar sabré que no tengo que preocuparme, que seguiré contando contigo, que seguirás contando conmigo.
Vértigo
6 comentarios:
Las marchas son siempre un poco de partida agridulce. Pero creo que Sabina se equivocaba cuando decía que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Siempre hay que tener una Ítaca a la que volver, o al menos intentarlo.
Cuídate.
La distancia entre las personas no la hacen las personas si no lo silencios.
Mientras existan los correos, las fotos y las canciones, no habrá kilómetros añadidos.
A eliminarlos.
Precioso Vér...
Vuelve a marcharse...pero volverá...además piensa que tienes una casa donde ir en ese nuevo destino ;)
La amistad, la amistad , la amistad...qué bueno es tener un amigo.
Qué bonita 'carta'...
Vuelvo
a
saborear
tu texto
...
Gracias Vér
muy lindo tu post:)
http://sbr-fashion-fashion.blogspot.com/
se me ha puesto la piel de gallina porque mientras iba leyendo una imagen se iba definiendo en mi cabeza. Todos tenemos nuestro "Madrid" particular, pero parece que éste ha sido un año de despedidas para todos.
Seguramente sea un año de comienzos, y en breves, de reencuentros.
un besito
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