Un boli y un cuaderno. Sentimientos y lágrimas. Presentimientos y sonrisas.
Miro la hoja en blanco. Cojo el boli.
No hace falta nada más. Sólo un poco de tiempo, un poco de confianza.
Y podrás leer tu historia. No la que viviste, no la que vivirás, seguramente la que sientas.
Las lágrimas escaparán por tu cara intentando mojar el cuaderno, borrar parte de lo escrito. Sé que no lo conseguirán.
Presiento que cuando se acabe la hoja se empezará otra, con nuevas vidas y distintas miradas, teniendo presente el pasado que las lágrimas no pudieron eliminar.
Si me dejas, si me permites, si quieres, seré yo quien te rellene la nueva hoja. Entrando en tu vida, invadiéndote a ti, serpenteando a tu alrededor.
No sé qué escribiremos, lo haremos juntos, ni si terminaremos el cuaderno, si habrá un buen final.
Lo único que te garantizo es que nunca faltarán sonrisas.
Vértigo
6 comentarios:
Siempre es buena cosa empezar a escribir dentro de una sonrisa. Y si son dos, mejor.
:-)
Saludos
O tres...
:-)
Gracias.
Seguro que no tiene nada que ver... Pero me ha recordado a una vez, que me apunte a un concurso (tienes una historia que contar)... Te asignan a un "mayor" y tú escribes "algo" sobre su vida... No sé, me ha traido buenos recuerdos leerte.... (=
p.d. Me alegro de que por fin actualices jeje
A mi ya me has dejado con la sonrisa puesta!
Besos
Precioso Vértigo. Y seguro que esas sonrisas consiguen llenar no un cuaderno, sino muchos más :)
Un abrazo!
Noooooo
No debería.
Qué miedo...
;-)
P.
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