domingo, 23 de febrero de 2014

Correo no enviado - Concierto benéfico UNRWA

Luis Eduardo Aute, Ismael Serrano, Marwan, Andrés Suárez, Luis Ramiro y Funambulista
21 de Febrero de 2014
La Riviera
Madrid

​​Hola mi niño,

¿Te parece si te cuento el concierto del viernes pasado?

Creo que te dije que era benéfico, la causa eran los niños palestinos. Ya hemos hablado mil veces de como están las cosas...

Fue en la riviera, no recuerdo si has estado alguna vez. Esperando las manos casi se me quedan congeladas! Por suerte no tuve mucho que esperar. ¿Sabes que no se pueden meter gominolas? No llevaba nada, pero sigo sin entenderlo.

La espera fue entre conversaciones y risas, miradas al infinito y pensamientos sobre ti. Sí, lo reconozco, te echaba de menos.

Empezó el concierto Funambulista. Tiene algo ese chico, no sé, pero cuando le veo en directo me dan muchas ganas de seguir escuchándole, luego nunca lo hago, pero sé que debería. (Puede que mi amiga tuviera razón aquella noche cuando te dijo que te pareces un poquito a él).

Siguió Andrés Suárez. Increíble la conexión que tiene con el público, aunque no conmigo. Otro que debería escuchar, pero seguirá en la lista de pendientes...

Ah! No te he dicho que estaba Marino tocando el violín. Sí, el violinista que te dije que también canta que fui a ver a libertad 8. Es muy bueno.

Después llegó el momento de Ramiro. Estás cansado de que te hablé de él y de  que te recomiende canciones. Empezó con Perfecta, y en un instante te imaginé cantándomela y dándome un beso. Siguió con una nueva canción, creo que invasión extraterrestre o algo así, habrá que volver a escucharla. Y terminó con relocos y recuerdos y fue mágico. Tiene una frase que dice "seré la excepción, mi dolor no lo cura el tiempo" y siempre la canto desde dentro, pensando que soy esa excepción. Esta vez no, quizás mis heridas están casi curadas o están muy escondidas, quizás a tu lado estoy olvidando dolores y miedos, quizás me estoy enamorando de ti.

Siguió Marwan, ¿te acuerdas al poco de conocernos que fui a un concierto suyo? Te lo dije y te pusiste a buscarle en youtube. No consigo que me encante pero me hizo pensar mucho sus letras, su manera de hablar del amor, de los cuerpos, de los fracasos. Sentí que me empiezan a gustar tus abrazos cuando antes sólo pensaba en vestirme.

Habló de su padre, que fue refugiado en Palestina y cantó una canción con su historia. El concierto cobró otra dimensión. ¿Sabes? Puede que hasta entonces fuera un buen concierto pero Marwan consiguió involucrarnos en el problema, hacernos sentir que es real, que está pasando.

Y llegó el momento Isma, ya sabes que mi principal razón para ir. Todavía no me has visto nunca después de un concierto suyo, cuando me comería el mundo, cuando soy capaz de todo. Tocó cuatro canciones, la primera No estarás sola. Venga, búscala y escúchala. Un tiempo fue mi canción favorita, antes de serlo Vértigo. Cantó luces errantes, que está grabada con niños palestinos y hace que la piel se erice, donde estarás (búscala también!) y terminó con Papá cuéntame otra vez, la que el otro día empezabas a cantar.

Reconozco que no me gustaron algunos arreglos que hizo a las canciones, pero es Isma y me conquista siempre.

Terminó el gran Aute, nunca le había visto en directo y se notan sus tablas, su presencia. Por algo es un maestro para los que antes pasaron por el escenario. Tocó tres canciones y la cuarta fue Al Alba rodeado del resto. Nadie se creía lo que estaba pasando en el escenario, todos juntos. Momento para recordar.

Salí con una sonrisa en la cara, con ganas de llamarte y contarte el concierto, queriendo plantarme en tu casa y proponerte que me cantaras perfecta y me dijeras que cambiaremos el mundo juntos. O de decírtelo yo. Y que me hicieras sentir que no estoy sola, que mañana saldrá el sol y demostremos juntos que los dolores los cura el tiempo, que los nuevos recuerdos pueden inundar las viejas cicatrices y que todo es posible.

Muchos besos


Vértigo

jueves, 13 de febrero de 2014

Princesa

Se mira en el espejo de cuerpo entero y sonríe. Se ha puesto un vestido que le favorece, que potencia su cintura, sus piernas largas y disimula su poco pecho. Ha peinado su pelo rubio, de bote, para que quede ondulado. Ha maquillado sus ojos con rimmel y sombra negra, algo de colorete en las mejillas y brillo en los labios. Le falta ponerse los tacones y estará preparada para empezar la aventura, la noche de fiesta, la búsqueda de una nueva vida.

Conoce sus puntos fuertes y su belleza es uno de ellos. Junto a sus conocimientos de moda y accesorios, hará que te gires cuando te cruces con ella.

Sabe que no te podrá hablar de sus estudios, ni de sus planes de futuro, ni de sus miedos cuando se va a dormir. Pero podrá contarte historias, experiencias, explicarte su manera de entender la vida, las relaciones, el amor. Te hablará de la familia, de la amistad, de sacar las uñas cuando siente que atacan a su gente.

No te contará que le hicieron daño, que jugaron a prometerle un castillo y un anillo y le acabaron dando nubes y chatarra.  Le sigue doliendo pensar que se creyó la película que le contaron, que le miró a los ojos y le dijo un "te quiero", que estaba dispuesta a abandonar su mundo por vivir un mundo juntos.

Él cerró la historia e hizo que ella tuviera que cerrarla. Tardó meses, lloró por las noches, caminó perdida y necesitó besos y abrazos para volver a creer en cuentos de hadas, en los que siempre había puesto sus esperanzas.

Esta noche saldrá con ellas, buscando un príncipe que la rescate, que le diga lo hermosa que es, que le mantenga la puerta y la respiración, que le ofrezca estabilidad y pasión, con el que hablar y soñar, con el que dormir y reír, que la convierta en princesa.

Sabe que seguiré sin entenderla, que diré que es un error esperar que alguien te salve, que tiene que salvarse ella sola, que tiene que construir su futuro y confiar que aparezca alguien con quien compartirlo, no esperar que se lo construyan.

Sentiré que nos traiciona, que hemos luchado por ser independientes, por una igualdad de la que ella parece renegar en silencio. Sus buenas intenciones, su buen corazón, su lealtad hace que hasta lo olvide cuando brindamos con margaritas y planeamos un futuro en el que todo cambiará menos nuestra amistad.

Antes de salir se vuelve a mirar en el espejo, esta vez acerca la cara y empieza a vislumbrar arrugas y, como diría ella, marcas de expresión. El tiempo empieza a acabarse y el reloj no parece querer pararse.

Entrará en una discoteca de moda y esperará a que los aspirantes a príncipes se acerquen a ella. Se fiará de su instinto sin dejarse llevar. Medirá sus palabras, sus pasos, sus movimientos. Se fijará en los ojos, en el peinado, en la marca de la camisa, y en el futuro que le venda.

Bailando en la pista vigilaré los comienzos, sabiendo que puede no ser el mejor lugar pero que tampoco es el peor, que el destino y el amor se pueden esconder debajo de las luces de una discoteca o al girar la esquina.

Sólo querré que ella sea feliz, que se sienta bien por las mañanas y al llegar la noche, que sonría y se sienta en su cuento de hadas.

Aunque, no se lo digas a nadie, me gustaría que la felicidad le llegara de manera inesperada, que rompiera sus esquemas, con alguien que no fuera un príncipe, que no la rescatara, que no le ofreciera una vida acomodada ni regalos por san valentín, que consiga que se sienta princesa, pero de las que luchan y se levantan con actitud, que le ayude a crecer, a evolucionar, a madurar. Y juntos creen un futuro y su cuento de hadas tenga un final feliz.


Vértigo

domingo, 2 de febrero de 2014

Nada sé de tu vida

Nada sé de tu vida. Nada me quieres contar. Recuerdo que sé que estudiaste, donde trabajas y que música escuchas por las noches. También sé que te gusta coger el boli y escribir las más bellas y las más tristes historias, y a veces subirte a un escenario para compartirlas. 

Pero no sé nada de tu vida. Me dijiste que eras así y sólo pude aceptarlo. Ahora te veo cabizbajo, con la mirada más perdida que nunca, con los reglones más inclinados que antes y puedo saber que algo no marcha bien.

Me llegan rumores, me cuentan leyendas e intento leer entre líneas en tus historias. Y puedo imaginar tu corazón herido, tus lágrimas nocturnas, tus sueños rotos y tus silencios mirando al infinito.

Nada sé de tu vida, pero sé de finales, de noches sin dormir, de problemas para respirar, del miedo a no conseguir sobrevivir. Recuerdo que cada uno debe decidir cómo poner el punto final y empezar el nuevo párrafo y que poco puedo hacer por ti. 

Por eso no has recibido un correo con un "cuenta conmigo". Espero que ya lo sepas y que te podría contar como volví a respirar y a sentir, a caminar sin lágrimas, a vivir sin lamentar. Decirte la gran verdad de que el tiempo todo lo cura.

Aunque sé que nada te consolaría, que tienes que seguir hacia delante apoyándote en tus manos, en tu bolígrafo, en las canciones, en el sol que entra por tu ventana, en las personas que tú decidas que estén a tu lado.

Nada sé de tu vida. Y nada sabré hasta que tú decidas. Sólo espero que pronto camines de nuevo sin preocuparte por un pasado que ya pasó.

Vértigo

martes, 21 de enero de 2014

¿En qué dimensión se encuentra nuestra historia de amor?

¿En qué dimensión se encuentra nuestra historia de amor?
Sabemos que no es en la que vivimos,
que no me llevarás al cine un domingo,
que no apareceré una noche en tu casa,
que no pasearemos de la mano y me besarás junto a una farola.

No lo haremos en esta dimensión que nos ha tocado vivir,
pero sé que lo hacemos en alguna.
En la que nos hemos encontrado en el momento perfecto,
en el que me esperabas y yo te buscaba,
en el que me besas y no me dejas marchar.

¿En qué dimensión se encuentra nuestra historia de amor?
A veces pienso que en la que nos reencarnaremos,
otras que se está viviendo ahora y por eso la siento,
me puedo imaginar un abrazo tuyo,
y puedo creer en historias mágicas.

Porque tú me ayudaste a creer en la magia,
a entender que el amor puede hacerte feliz,
a comprender que me merecía algo más,
que "lo vamos viendo" puede no ser suficiente,
y que debía elegir las batallas en las que luchar.

¿En qué dimensión se encuentra nuestra historia de amor?
Sabes que en alguna canción de guille,
en el pintalabios rojo que llevé aquella noche,
en mis relatos, en tus poemas y en nuestros correos,
en el mundo de vértigo, en nuestro mundo.

Podría terminar este poema con ideas locas,
diciendo que hagamos de esta dimensión nuestra dimensión,
proponiéndote que seas tú mi rescate,
y que me dejes ser tu red a tierra,
buscando un punto en el que encontrarnos.

Pero me volvería a preguntar:
¿En qué dimensión se encuentra nuestra historia de amor?
Y los dos sabríamos que no es en ésta,
tienes que estar en casa para el beso de buenas noches,
tengo que aceptar que mis ojos están brillando.

Vértigo

jueves, 16 de enero de 2014

martes, 31 de diciembre de 2013

Correo enviado

Hola mi gente,

Esta noche se acaba el 2013 y como marca la tradición, os escribo para recordar y analizar el año y empezar a pensar en el 2014, en el que espero que sigáis formando parte de mi vida. 

Hoy es inevitable que me pregunte si lo estoy haciendo bien, si estoy siendo la persona que siempre que he querido ser, si no estoy traicionando  ideales y pensamientos. 

​Ya sabéis que llevo años hablando de que pasará cuando me haga mayor. Y ahora que los 30 se acercan (por cierto, cuento con vosotros para celebrarlos, ¿no?) me entran más dudas que nunca. Y cada mañana me levanto queriendo ser esa chica que sonríe por los pasillos, que no pierde el optimismo, ​que cree en las personas y en las buenas acciones, con la que puedes contar y que es buena gente. En el 2013 me temo que no siempre lo he ​sido, así que espero serlo en el 2014 con vuestra ayuda. Y dentro de un año poder decir que no me estoy traicionando. 

Repaso el 2013 y la sonrisa me sale sola. No ha estado mal el año, ¿no?

Por suerte, las cosas más importantes han ido bien. Y espero que en el 2014 también sea así, ya sabéis, que no nos pase nada malo. 

Ha habido tantos momentos que me parece imposible resumirlos aquí. 

Como siempre nombraré algu​nos y me dejaré demasiados​: conciertos de ramiro,​ el vermú,​ ​​domingos por la mañana, cumpleaños, pelis en versi​ón original, tus visitas a madrid, lo de todos los meses, las búsquedas​, ​más conciertos, sevilla, alicante, el concierto de isma, fiestas de las letras, partidos del estu​, volver a saber de ti, la presentación de tu libro, noches bailando, bizcochos, albacete​ (el próximo encuentro en zaragoza?), tu bautismo, nuestras conversaciones (gracias)...

El concierto de guille, conocernos, el pintalabios rojo, comida porteña, la filmoteca, torrejoncillo del rey, cantautorre​, dalí, comarruga, niñas de concierto (con y sin concierto)​, la mordida, un teatro por sorpresa, liria, el teleférico, mi nuevo peluche (gracias por todo), encuentros en el cercanías​, conocer a Leo, tu despedida (sabes que sigue sonando nuestra canción), cortogenia, poesías y relatos, molino de la luz, mi calabaza, concurso de fotos​, monfragüe, conocer vuestra casita, ​malas costumbres club, contarnos novedades por goya, paseos, pintauñas, gimnasio​, tintos de verano (con limón), montaditos (y más montaditos)​, días de oficina (ya lo vamos viendo, ¿no?), noches de fiesta, cenas con brindis, planes improvisados, quedar solo para vernos... 

​Correos, whatsapp, ​buenos días, sonrisas infinitas y abrazos eternos... Muy agradecida por sentiros cerca (sin importar si estáis a mi lado, en otro país o en otro planeta) y por poder contar con vosotros. 

Además de pedir que no nos pase nada malo en el 2014 pido que esto no cambie, que siga contando con vosotros y que sigáis contando conmigo.

Este año hay personas que reciben este correo por primera vez (bienvenidos a mi mundo, 2013 también será recordado porque empezasteis a formar parte de mi vida) y el resto, ya sabéis, no puede faltar mi correo enorme esta noche... A unos y otros, millones de gracias por hacer que 2013 fuera una gran año, que ahora se me acumulen los buenos recuerdos en la cabeza, que me sienta muy afortunada... Que mis miedos, mis vértigos y mis dudas se lleven mejor sabiendo que estáis ahí, que no estoy sola en mi mundo, que si pierdo la sonrisa me ayudaréis a recuperarla.

¿Planeamos un 2014 juntos? Habrá viajes, conciertos, cenas, relatos, ofertas, correos, quedadas, noches y días mágicos, que en un año resumiré de nuevo. Pero espero que lo mejor del 2014 sea lo que ha sido lo mejor del 2013: teneros a mi lado.

Me repito, millones de gracias por todo.

Termino como siempre, robando una frase a isma y deseándoos un feliz 2014. 

“Y en el futuro espero, compañero, hermanos, ser un buen tipo, no traicionaros. Que el vértigo pase y que en vuestras ventanas luzca el sol cada mañana”.

Millones de besos

Vértigo

sábado, 21 de diciembre de 2013

Domingo

Una noche de domingo en su portal le vino un pensamiento a la cabeza y unas palabras a los labios. Hacía tiempo que había asumido que no volverían, que no se repetiría la historia, que el miedo lo impediría. Y sin saber cómo había pasado estaban de nuevo en su mente. Se asustó y casi le falta el aire.

Fue un domingo que se podría decir típico, de centro comercial, cine, palomitas y cena; de los que ella siempre había renegado. Ella que era de cines en versión original, de pasear por el centro y no por unos pasillos sin alma, de cenar en los montaditos de al lado de su casa y no en la zona de restaurantes; había pasado el domingo como dicen que deben pasarse cuando se tiene a alguien con quien compartirlos. 

Y volvía a casa contándolo, diciéndole que ella no era de esas, que no esperara que quisiera lo que querían otras, que no tenía que invitarla a cenar ni acompañarla a casa como lo estaba haciendo. Lo decía pareciendo tan segura de si misma, que casi se podía adivinar que no lo era. Él la miraba y ya lo sabía, no la iba a conquistar prometiendo lunas ni imposibles pero ya lo había hecho acompanándola a la filmo, sonriendo en el bar en el que no hay dos sillas iguales, apareciendo después de aquel concierto, escuchando sus historias de escritores y canciones, llamándola en los momentos perfectos y comprándole manzanas para cenar.

Ella seguía divagando sobre la película, domingos y lunes con buenos recuerdos. Él la miraba entendiendo que todo iba bien. 

Se despidieron en el portal, con besos y abrazos, agarrando su cintura y diciéndole que se fugara con él mientras ella sonreía y se le iluminaban los ojos. No era momento de escapadas pero los dos sentían que si hubiera que escaparse sería juntos.

De repente a ella se le cambió la cara y él la miró asustado. "¿Qué te pasa?" le preguntó, ella le dio un beso y le dijo que nada, que estaba muy bien con él. Se besaron de nuevo y ella abrió la puerta y se fue. 

En el ascensor recuperó el aire y repasó despacio los pensamientos que tanto miedo le daban. Una vez le rompieron el corazón y no pensó que volvería a ser tan vulnerable como lo era ahora.

No dijo las palabras, se las guardo en el bolsillo, pero esa noche, en el portal de su casa después de una tarde de centro comercial, ella le hubiera dicho "te quiero" por primera vez si el miedo no lo hubiera impedido. 

Al entrar en su casa no se lamentó por no haberlo dicho, por fin el miedo no había conseguido que no lo sintiera. Decirlo ya sólo era cuestión de tiempo.


Vértigo