jueves, 5 de septiembre de 2013

Los últimos días de noviembre – Luis Cano Ruiz

Podría seguir poniendo excusas, buscando razones y motivos que expliquen la persona que estoy siendo este año, justificar comportamientos sin ética, errores infinitos, decisiones más que incorrectas. Pero buscar excusas sólo sería otro desacierto más, cuando debería admitir que perdí un norte que nunca tuve claro y me fui refugiando en estrellas polares que me confundían con su luz.

El penúltimo mal paso dado ha sido tardar en leer la primera novela de Ladrón de Guevara "Los últimos días de noviembre" y tardar en escribir estas líneas. Siempre fui puntual y ahora siento que llego tarde a todo lo que es importante en la vida, como lo es este libro por todo lo que significa.

No es un libro cualquiera, nunca lo será. Llevo leyendo el blog de Ladrón de Guevara años, enamorándome de sus poemas, enganchándome a sus historias, deseando recibir cartas. Este año me dejó formar parte de la fiesta de las letras y gracias a él vértigo salió a la luz y encontró una nueva dimensión en la que poder moverse, en la que poder hablar de palabras, sentimientos y miedos. Perder vértigo para ser más vértigo que nunca. Sentir que no estoy tan sola cuando sueño con escribir. Descubrir que el mundo no se acaba donde se acaba este blog.

Acudí a la presentación del libro y fue un día muy especial, porque lo era para Ladrón, pero también por tener la suerte de poder formar parte. Volví a casa con mi libro bajo el brazo dedicado, con una sonrisa enorme y creyendo que todo era posible. Dije que escribiría la crítica, que lo haría pronto, que me lo podría leer en una noche sin dormir. Las noches sin dormir llegaron pero siempre había pensamientos o brazos que me impedían leer. Y lo fui retrasando, sabiendo que era un error, como lo fue buscar nortes sin seguir a mi brújula, dejar que él jugara conmigo, caer en los brazos de alguien imposible, o dudar de ti sabiendo que las dudas son sobre mí.

Me acerqué al libro con cuidado, como si me fuera a encontrar una entrada del blog que pudiera leer durante horas. Pero no es una entrada más. Descubrí una ​​novela bien estructurada, unos personajes con alma, una historia compleja. Distinto al Ladrón de Guevara que leo en el blog, aunque a la vez el mismo.

Al leer los primeros capítulos pensé que no me sentiría identificada, que nada tendría que ver conmigo. La protagonista había sufrido un duro golpe, por suerte mis desgracias no son comparables, y le acompaña un perro, coprotagonista que nunca lo sería mío. Fui avanzando en la historia, descubriendo más personajes. Algunos se merecen su propia novela, se intuyen en ellos rasgos de protagonistas aunque sean simples secundarios.

Sin darme cuenta me empecé a ver reflejada, a entender sus problemas, a sentir que la historia iba más allá de una chica triste con un perro, a pensar que si le quitamos la tragedia, algo de tristeza y el perro, podría estar siendo mi historia, la de alguien que crece y se enfrenta a los cambios, que tiene ideales y parece que los traiciona, que llora por las noches y se cansa de sonreír durante el día.

No te voy a contar más sobre el libro, porque quiero que lo leas, que te sorprendas como lo hice yo, que te dejes conquistar poco a poco. A veces nos ganan paulatinamente, Ladrón me ha ganado durante años, su novela tardó unos días y tú lo estás consiguiendo con cada beso.

​Anímate a leerlo, me llevas a tus planetas y lo comentamos juntos mientras dejo de cometer errores durante unos instantes.

Vértigo



Nota: Puedes hacerte con el libro aquí