Una noche de sábado se conocieron. Él sabía lo que buscaba y ella se dejó encontrar.
Sin darse cuenta eran una pareja, lo que los dos querían.
Se miraban y veían lo que anhelaban.
Les preguntabas y todo era perfecto. Ella era la chica que él siempre quiso llevar a casa. Él era el chico que siempre imaginó.
Pasaban los meses y yo les veía agarrados de la mano, y no podía evitar pensar que el amor es algo más.
Una noche ella se dio cuenta que nada era perfecto y él empezó a cansarse.
Pero estaban tan cómodos en su papel de novios y era tan complicado decirse adiós.
Ninguno dijo nada, ninguno abrió la boca y siguieron su historia.
Les sigo viendo agarrados de la mano, sabiendo que no están enamorados y pensando que ojalá dejen de encontrarse.
Vértigo