lunes, 9 de noviembre de 2009

Un buen chico

Seguía diciendo que no le entendía.

Diez años después de empezar a salir, ella seguía dándole vueltas, buscándole sentido a algo que no lo tenía. Salieron juntos un par de años, que tuvieron buenos y malos momentos. La relación no funcionó, o él no quiso que funcionara, querer estar con otras chicas no suele ayudar al compromiso.

Se dijeron que serían amigos y ella se lo creyó. Consiguieron mantener el contacto mientras él iba de novia en novia y ella se mantenía a la espera. De vez en cuando el contacto aumentaba, tanto que alguna noche lo compartían todo. A la mañana siguiente ella pensaba que quizás todo cambiaría, pero él ya pensaba en su próxima conquista. Para ella era un nuevo golpe, su cabeza volvía a pensar, volvía al pasado y no era capaz de avanzar.

Pasaban los años, ella seguía intentando que fueran amigos, o al menos eso se decía a si misma, y a él le gustaba tenerla ahí aunque no se esforzaba por ello.

Una tarde quedaron en su casa para charlar como viejos amigos. Ella no quería una noche con él que sólo fuera una noche y él seguía en su mundo, meses sin verse aunque no todo había cambiado. Tenía novia, no lo ocultaba, pero quería pasar la noche con ella, no solo una, la pega es que no iba a dejarla.

Ella se quedó confusa, después de tanto tiempo, de considerarle alguien importante en su vida, él sólo la quería para algo tan físico. Aun así, los sentimientos eran demasiado fuertes y le dijo que lo pensaría. Lo habló con sus amigas que veían el dolor en su mirara, no las escuchó.

Y le dijo que sí unos días después, pero entonces él dijo que no, sin explicación, sin motivo. Y eso la destrozó, se volvió a sentir tan miserable que quería odiarle.

Volvieron a perder el contacto. Él se marchó del país sin avisarla, ni la llama cuando vuelve, ni se preocupa de esa amistad perdida. Ella sigue creyendo que deberían ser amigos, a veces le manda un mensaje, le llama para ver cómo le va y espera que algún día se preocupe por ella, que muestre interés por conservar la amistad.

Cuando me dice que no comprende como a él le puede importar tan poco después de tantos años y me lo dice sintiéndose tan poca cosa, entiendo que ha perdido la perspectiva estando dentro de la historia y veo tan claro que él no merece la amistad de alguien como ella que todavía cree que puede ser un buen chico.


Vértigo