domingo, 22 de agosto de 2010




"Matemáticamente el amor es un error"



Diecisiete - LUIS RAMIRO



jueves, 5 de agosto de 2010

Marta me llamó

“Marta me llamó a las seis hora española. Sólo para hablar, solo se sentía sola porque Sebas se marchó de vuelta a Buenos Aires. El dinero se acabó, ya no hay sitio para nadie”.

Suena en la radio y mis manos se van hacia el móvil para hacerte una perdida. Ya sabes que me recuerda a ti.

Justo antes de marcar dejo el teléfono donde estaba.

Casi olvido que estoy esperando que me llames, olvido que casi estamos enfadadas.

Lo recuerdo a tiempo. Igual que recuerdo infinitas historias, demasiados errores míos y tú a mi lado.

Pero… ¿las cosas cambian? Me cuesta verte en mi futuro. Me cuesta verme en el tuyo.

Miro el teléfono de nuevo, ya son semanas esperando a que llames. Cada día que pasa voy evolucionando, aunque no sé hacia donde.

Llega un mensaje. Es tuyo. ¿Cómo que un sms? ¿Dónde está tu llamada?

Te disculpas, pides perdón y dices que lo sientes.

Lo leo, lo releo y busco entre líneas. No hay nada más.

Y no sé qué hacer. Quería luchar. Quería tu llamada en la que discutiríamos, lo soltaríamos todo y lo arreglaríamos. En vez de eso tengo unas líneas a las que contestar, quizás diciendo que no pasa nada o que yo también siento que se ponga fin al “sonrisa amigos”.

Vértigo

jueves, 15 de julio de 2010

Trilogía Ismael Serrano + Epílogo

Supermercado

Noche

Trabajo


Epílogo: Un buen día

Un buen día puede serlo cualquiera, sólo hay que llevar los ojos bien abiertos y mirar con buenos ojos.

Primero madrugón, si lo piensas despacio es la mejor manera de sacarle muchas horas al día.

Después jornada de trabajo, sintiéndome afortunada por tenerlo, disfrutando cada tarea, aprendiendo y conviviendo.

Ya es un buen día.

Pero si añado un poco de sol, un paseo por Madrid y una búsqueda del regalo perfecto, el día es redondo.

Compro plastilina para hacer sueños realidad y pido que me la envuelvan para conservar su magia.

No se puede pedir más.

Paso por la plaza mayor y como siempre, se para el tiempo.

Sigo caminando y veo una moto evitando atropellar a alguien con prisas que cruza en rojo.

Le miro, me mira y pasan tantas palabras por mi cabeza que no consigo decir ninguna. Me giro, se gira, se vuelve a parar el tiempo.

Y continuo mi día con una cena con mi gente, en la que les cuento que ha sido un buen día y que además me crucé con Ismael Serrano.

Vértigo


lunes, 21 de junio de 2010

Te miro

Te miro y puedo empezar a soñar. Me asusta lo que sueño, lo que soy capaz de imaginar. Me veo a tu lado, compartiendo días y conviviendo noches. Me veo dando pasos hacia delante, olvidando miedos y aceptando compromisos. Lo que nunca pude pensar con ninguno, lo pienso contigo.

Veo el futuro y estoy deseando que llegue.

Te miro de nuevo, y en vez de imaginar me pregunto. Se me acumulan las interrogaciones. Quisiera saber tu canción favorita, qué te gusta para desayunar y qué hiciste el domingo pasado. Me gustaría que me contaras tu primer amor, las noches que has pasado en vela, cuál es tu rincón favorito de Madrid. También te preguntaría si te gusta pasear, el futbol, los pequeños conciertos, las grandes exposiciones, la plaza mayor…

Veo mi lista de preguntas y estoy deseando que las contestes.

Vuelvo a imaginar, a suponer como miras al mundo. Quizás no como yo, pero estoy convencida de que encajaríamos.

Invento un sábado, en el que pasearíamos, hablaríamos durante horas y compartiríamos todo lo compartible.

Lo veo tan claro, que sólo pido que me respondas a una última pregunta, ¿cuándo quedamos?


Vértigo

domingo, 30 de mayo de 2010

Trabajo

El despertador es el primer sonido que escucho. El agua en mi cabeza es la siguiente sensación. Algo de leche y cereales. Me visto rápido, sombra en los ojos y colonia fresca en las muñecas.

Espero el autobús con los cascos puestos, modo aleatorio y buenas canciones.

Llego a mi lugar, silencio en los pasillos, suenan los tacones, se escucha el tecleo en los ordenadores.

Pasan las horas, pasan los segundos. Pasan las cosas.

Mi compañera pone música, no me conoce, no sabe lo que se mueve por mi cabeza.

Escucho sin escuchar sus canciones, tecleo sin teclear, piso sin apoyar el tacón.

Un día más, especial como todos, sin nada extraño que contar.

Y la canción que empieza a sonar lo cambia todo, o simplemente lo mueve.

No puedo evitar sonreír, cantar en silencio cada palabra de la canción.

“No estudias, no trabajas”, “la vida parece una fiesta a la que nadie se ha molestado en invitarme”, tantas veces he sentido esas frases, y algunas por fin las siento menos.

Aunque “últimamente me cuesta tanto no amarte” siempre me acompaña. Como me acompaña Ismael Serrano, que sonando de manera imprevista me alegra el día.

Vértigo

martes, 18 de mayo de 2010

Ismael Serrano


15 de Mayo de 2010
Palacio de Congresos
Madrid


Ismael Serrano siempre vuelve a Madrid y siempre se le espera.

Un escenario con más detalles que nunca, historias que contar muy enlazadas, grandes músicos a su alrededor y un repertorio escogido con cariño.

Parecen los ingredientes perfectos para un gran concierto. Lo normal sería que algo fallara, que dijera que estuvo bien pero que podía haber sido mejor.

Lo sorprendente es que fue perfecto.

Esta vez tenía todo en contra: mi enésimo concierto de isma, unos días raros, pocas fuerzas en mi cuerpo y un listón tan algo desde el que la vista da vértigo.

Todo apuntaba a que saldría diciendo que ya no es lo que era.

Afortunadamente, Ismael volvió a enamorarme y volví a desear que no acabara la noche.

Podría destacar infinitos detalles del concierto, cada canción, sus palabras, su puesta en escena, su “te eché de menos Madrid”, no estarás sola, la revisión de viejas canciones, vértigo…

Aun así, prefiero destacar el sentimiento que Ismael Serrano contagia. Se sale del concierto con una nueva vitalidad, mirando al mundo de otra manera, creyendo en utopías, confiando en el futuro.

Salí del concierto mucho mejor que entré, con fuerzas, sabiendo que en mi ventana saldrá el sol cada mañana.


Vértigo

miércoles, 12 de mayo de 2010