martes, 16 de septiembre de 2014

Septiembre (II)

Ha llegado sin darme cuenta. Alguien habla de un corazón roto, de pasiones y de dolores, de angustias y vacío y yo miro el calendario: septiembre.

Nada es casual o lo es todo.

Llega septiembre sin que sea consciente de que el verano ha pasado y que el mes maldito está aquí. Me compro unos tacones con los que no parecerme a nada que me recuerde a la que chica que conociste. Doy abrazos en encuentros fortuitos que te dan un vuelco al día. Sonrío tanto como lo hacía antes.

Subo a un quinto sin ascensor y pido que me protejan. Lo hacen y durante unas horas el salto al vacío en el que vivo no me da miedo.

Mi cabeza me dice que en este mes tengo que llorar por ti, que no puede pasar sin que me quiera teñir el pelo, sin que me despierte en medio de la noche sin poder respirar como hace años, sin que empiece miles de correos electrónicos que no te mandaré en los que te diga que ya no pienso en ti pero que echo de menos tus puntos y  comas.

Mi corazón sigue teniendo la cicatriz de la herida que le causaste y es consciente de que tiene que dar pasos con cuidado para que no vuelva a abrirse. Pero no estás dentro de él, sólo eres un viejo amigo que no hubiera querido perder.

Mi cabeza y mi corazón se encuentran y ya no miran al pasado. Se centran en este presente que me trae a terrazas imposibles con farolas verdes y a amigos a lo que poder hablarles de mis vértigos.

Pronto llegará octubre.


Vértigo

3 comentarios:

Catadora de sabores dijo...

Pero antes habrá cafés, paseos y alguna que otra escapada. Quizás septiembre se convierta en tu mes favorito como lo es el mio.
POrque al pasar los años, los papaeles de los calendarios se caen. Y una vez en el suelo no se recupera como el tiempo que pasa en nuestras agujas.
Quizas haya que ponerse otras gafas, a conjunto con los tacones e ir pisando fuerte y no prisando, como tanto nos gusta hacer.

Catadora de sabores dijo...

ha sido usted nominada. Vaya mi blog, tiene deberes.

Katrina dijo...

Me han dado ganas de un día poder hablar como tú; para mi cada mes es un peso más desde su ausencia, las sonrisas son esquivas y aún no doy saltos al vacío. Aquí está Septiembre otra vez... y aquí estoy yo leyéndote...

Nada es casual o lo es todo...

Saludos