sábado, 21 de diciembre de 2013

Domingo

Una noche de domingo en su portal le vino un pensamiento a la cabeza y unas palabras a los labios. Hacía tiempo que había asumido que no volverían, que no se repetiría la historia, que el miedo lo impediría. Y sin saber cómo había pasado estaban de nuevo en su mente. Se asustó y casi le falta el aire.

Fue un domingo que se podría decir típico, de centro comercial, cine, palomitas y cena; de los que ella siempre había renegado. Ella que era de cines en versión original, de pasear por el centro y no por unos pasillos sin alma, de cenar en los montaditos de al lado de su casa y no en la zona de restaurantes; había pasado el domingo como dicen que deben pasarse cuando se tiene a alguien con quien compartirlos. 

Y volvía a casa contándolo, diciéndole que ella no era de esas, que no esperara que quisiera lo que querían otras, que no tenía que invitarla a cenar ni acompañarla a casa como lo estaba haciendo. Lo decía pareciendo tan segura de si misma, que casi se podía adivinar que no lo era. Él la miraba y ya lo sabía, no la iba a conquistar prometiendo lunas ni imposibles pero ya lo había hecho acompanándola a la filmo, sonriendo en el bar en el que no hay dos sillas iguales, apareciendo después de aquel concierto, escuchando sus historias de escritores y canciones, llamándola en los momentos perfectos y comprándole manzanas para cenar.

Ella seguía divagando sobre la película, domingos y lunes con buenos recuerdos. Él la miraba entendiendo que todo iba bien. 

Se despidieron en el portal, con besos y abrazos, agarrando su cintura y diciéndole que se fugara con él mientras ella sonreía y se le iluminaban los ojos. No era momento de escapadas pero los dos sentían que si hubiera que escaparse sería juntos.

De repente a ella se le cambió la cara y él la miró asustado. "¿Qué te pasa?" le preguntó, ella le dio un beso y le dijo que nada, que estaba muy bien con él. Se besaron de nuevo y ella abrió la puerta y se fue. 

En el ascensor recuperó el aire y repasó despacio los pensamientos que tanto miedo le daban. Una vez le rompieron el corazón y no pensó que volvería a ser tan vulnerable como lo era ahora.

No dijo las palabras, se las guardo en el bolsillo, pero esa noche, en el portal de su casa después de una tarde de centro comercial, ella le hubiera dicho "te quiero" por primera vez si el miedo no lo hubiera impedido. 

Al entrar en su casa no se lamentó por no haberlo dicho, por fin el miedo no había conseguido que no lo sintiera. Decirlo ya sólo era cuestión de tiempo.


Vértigo


7 comentarios:

Mónica PG dijo...

A veces tardamos tanto en decirlo por miedo a cambiar el final de la historia que...es precisamente eso lo que lo cambia.
Un abrazo!

Maara Wynter dijo...

A veces es tan dificil decir el primer te quiero... que cuando sale los demás le siguen sin ni siquiera pensarlo...

Sabes? creo que lo importante es que el miedo no te impida sentir... Lo de hablar.. vendrá, siempre viene.

Me ha encantado tu blog, me quedo por aqui!

Rumbi87 dijo...

Hay cosas que no necesitan decirse con palabras. Ya has sido capaz de dejar atrás el miedo de sentir de nuevo otra vez. El te quiero llegará en el momento más inesperado.

Soy Rumbi de www.durmiendoentrenubes.blogspot.com estrenando nuevo blog.

Un abrazo!

Óscar Sejas dijo...

Lo importante es sentir :-) las palabras se las lleva el viento.

¡Salud!

Catadora de sabores dijo...


"por fin el miedo no había conseguido que no lo sintiera.."

Creo que el también debio de leer en sus ojos ese te quiero y el miedo que ella había podido sentir...
aunque ambos se borraron al decir esas 7 letras que cuestan tanto decir una vez que alguien ha borrado su significado.

Espero que no haya ido usted a la filmoteca y sea todo ficticio señorita.
Un saludo.

Luis Cano Ruiz dijo...

Hay gente tan empeñada en levantr muros de miedo que, cuando les rompen los esquemas, caen como una castillo de naipes.

Cuídate.

Desconcierto dijo...

Mejor así que decir fácilmente un te quiero....yo lo he hecho, muchas veces -demasiadas- sintiéndolo, queriéndolo; me salía fácil, porque fácil era decirlo cuando se quería compartir todo.....pero, nunca compartí nada con las personas que recibieron esos te quieros....
y ahora...¿por qué me cuesta decir un te quiero a la persona que más se lo merece?

Precioso texto....me ha hecho recordar y contar todos los te quieros que he dicho...y a las personas que les brillaban los ojos cuando lo oían...

no me arrepiento...


Gracias

acaba el año Vér...estoy completamente seguro que el 2014 será tu año...tu gran año

besazos