19 de Diciembre de 2009
La Riviera
Madrid
Llevo un par de semanas escuchando Daiquiri Blues durante todo el día. Empecé con el objetivo de llegar al concierto sabiéndome las canciones, acabé no pudiendo dejar de escucharlo, sorprendiéndome a mi misma dándole al play de nuevo cada vez que terminaba la última canción.
Sigo a Quique González desde hace años, me cautivó con Personal, me enamoró con Salitre 48, me enganchó con Pájaros mojados y me volvió loca con Kamikazes enamorados. Para los siguientes discos ya me tenía ganada. Parecía que el nuevo disco me gustaría también. Me gusta, pero no sólo eso, Quique González ha vuelto a sorprenderme con un gran disco, que me hace imposible decidir cuál es mi canción favorita.
Llego al concierto con tiempo, dispuesta a hacer fila, y ya me encuentro gente esperando. Había olvidado el frío que está haciendo estas noches en Madrid y esperar no es tan agradable como esperaba. Una vendedora ambulante ofrece cerveza fresquita y me dan ganas de pedirle un café calentito.
Descubro que el concierto se retrasa una hora, y con los pies congelados me pregunto si Quique conseguirá que le perdone, según pasa el tiempo y corre el aire lo tiene más difícil.
Nos dejan entrar y al menos el resto de la espera es caliente, aunque el cuerpo tarda un rato en aclimatarse. Se empieza a llenar la Riviera y compruebo que realmente está todo vendido.
Aparece Quique González en el escenario y empieza pidiendo disculpas y yo empiezo a perdonarle.
Temas nuevos, temas no tan nuevos, canciones rockeras, canciones más intimistas. Quique habla más que otras veces, cuenta hasta alguna anécdota, se mueve por el escenario, interpreta las canciones, deja que cante el público, se siente cómodo.
Recuerdo otros conciertos de Quique en los que apenas hablaba, en los que la timidez le comía y parecía que le costaba mirar al público.
Esta vez no, tiene más tablas, más fuerza, más seguridad. Le veo y me alegro, me alegro del éxito que le ha traído este disco, me alegro de que por fin se crea y se sienta una estrella del rock, porque lo es, me alegro de lo bien que le ha sentado que las cosas salgan bien y a su manera. Hasta está más guapo.
Las canciones suenan perfectas y canto una tras otra. Me emociono al escuchar Kamikazes enamorados y me quejo de las que se quedan fuera, lamento que no se acuerde más de su primer disco y echo de menos cada canción de su discografía que no canta.
Aun así, un gran concierto, con Quique González demostrando que es uno de los grandes, aunque lleva años siéndolo.
Con la luna debajo del brazo salgo del concierto, importándome menos el frío y perdonándole el retraso. Tomándome un daiquiri comento lo mucho que me ha gustado.
Al día siguiente vuelvo a darle al play cada vez que se termina la última canción.
Vértigo
La Riviera
Madrid
Llevo un par de semanas escuchando Daiquiri Blues durante todo el día. Empecé con el objetivo de llegar al concierto sabiéndome las canciones, acabé no pudiendo dejar de escucharlo, sorprendiéndome a mi misma dándole al play de nuevo cada vez que terminaba la última canción.
Sigo a Quique González desde hace años, me cautivó con Personal, me enamoró con Salitre 48, me enganchó con Pájaros mojados y me volvió loca con Kamikazes enamorados. Para los siguientes discos ya me tenía ganada. Parecía que el nuevo disco me gustaría también. Me gusta, pero no sólo eso, Quique González ha vuelto a sorprenderme con un gran disco, que me hace imposible decidir cuál es mi canción favorita.
Llego al concierto con tiempo, dispuesta a hacer fila, y ya me encuentro gente esperando. Había olvidado el frío que está haciendo estas noches en Madrid y esperar no es tan agradable como esperaba. Una vendedora ambulante ofrece cerveza fresquita y me dan ganas de pedirle un café calentito.
Descubro que el concierto se retrasa una hora, y con los pies congelados me pregunto si Quique conseguirá que le perdone, según pasa el tiempo y corre el aire lo tiene más difícil.
Nos dejan entrar y al menos el resto de la espera es caliente, aunque el cuerpo tarda un rato en aclimatarse. Se empieza a llenar la Riviera y compruebo que realmente está todo vendido.
Aparece Quique González en el escenario y empieza pidiendo disculpas y yo empiezo a perdonarle.
Temas nuevos, temas no tan nuevos, canciones rockeras, canciones más intimistas. Quique habla más que otras veces, cuenta hasta alguna anécdota, se mueve por el escenario, interpreta las canciones, deja que cante el público, se siente cómodo.
Recuerdo otros conciertos de Quique en los que apenas hablaba, en los que la timidez le comía y parecía que le costaba mirar al público.
Esta vez no, tiene más tablas, más fuerza, más seguridad. Le veo y me alegro, me alegro del éxito que le ha traído este disco, me alegro de que por fin se crea y se sienta una estrella del rock, porque lo es, me alegro de lo bien que le ha sentado que las cosas salgan bien y a su manera. Hasta está más guapo.
Las canciones suenan perfectas y canto una tras otra. Me emociono al escuchar Kamikazes enamorados y me quejo de las que se quedan fuera, lamento que no se acuerde más de su primer disco y echo de menos cada canción de su discografía que no canta.
Aun así, un gran concierto, con Quique González demostrando que es uno de los grandes, aunque lleva años siéndolo.
Con la luna debajo del brazo salgo del concierto, importándome menos el frío y perdonándole el retraso. Tomándome un daiquiri comento lo mucho que me ha gustado.
Al día siguiente vuelvo a darle al play cada vez que se termina la última canción.
Vértigo
10 comentarios:
a mi tambien me pone el gonzalez,gracias por tu visita. Con tu permiso me conviertoen asiduo del tuyo.
SALUDOS.
A Quique González tengo que escucharlo más, pero tiene todas las papeletas para que me guste bastante. Imagino que en concierto hasta ganará, aunque no me sorprende que (al menos antes) fuera más bien tímido, le pega. :-)
¿Tú también estuviste? Igual nos cruzamos en la pedaaaaaaaaaazo cola de entrada ;)
Tu trayectoria es la misma que la mía. Sigo a Quique desde sus inicios y desde entonces, jamás lo he abandonado. Tengo todos y cada uno de sus discos en formato original. Como debe de ser cuando se trata de alguien tan auténtico. También lo sigo en directo y creo que encima de un escenario, pocos tienen su carisma. Así que secundo cada una de tus palabras. Yo también he tenido la suerte de verlo en esta gira, concretamente en Sevilla y el concierto fue genial. Así que disfrutemos de su música y como bien dices, sigamos dándole al play una y otra vez. Yo me dejo arrastrar por el salitre, ¿me acompañas? Un beso enorme.
Que suerte la tuya de poder contar con su directo!!!
Por cierto, a él se le perdona todo,todo, todo!!!!jajaja.
mua!!!!
Felices Fiestas!!!!!!!!!!!!!!!!
Pincha aquí para ver la postalita
http://invitameavivir.blogspot.com/2009/12/felices-fiestas-ninos.html
Gracias por tu felicitación en mi espacio, te deseo feliz navidad a ti también.
un abrazo.
¡Feliz Navidad!! Tengo ua entrada a medias, pero em falta... 'algo'... para terminarla como toca.
Gracias por seguir leyendo y esperándome en cada entrada =)
Un besito gordo.
Y en tener un rato, te leo como toca y actualizo el blog (también como toca).
mr.kike gonzalez vaya crack
Para mi hubo momentos muy grandes...pero otros donde la banda no estuvo a la altura,por falta de rodaje, sobre todo en algunos temas de "Daiquiri Blues". Pero seguro que dentro de unos pocos conciertos ganaran confianza y sonaran a la altura.
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