lunes, 26 de mayo de 2014

Apostar todo al rojo Chanel de tu boca


Me estabas esperando, yo diría que unos minutos, quizás tú que toda la vida.

Lo hacías con una cerveza en la mano, sentado en la barra y con un movimiento nervioso en la pierna. Pensando en palabras intercambiadas, en sueños frustrados, en el futuro que podía estar empezando.

​​​Te preguntaste qué podría pasar una noche de concierto. Sabes que todo hubiera sido posible.

Aparecí por la puerta y hasta que no me acerqué a la barra para preguntar si debía bajar a otros mundos, no me viste. Me observaste mientras caminaba a un taburete y me sentaba.

Nunca había sido tan rubia y nunca lo volví a ser. Estrenaba vestido rosa con el que me sentía disfrazada y llevaba mis labios pintados de rojo, esperando que los identificaras. Puede que en ese instante fuera hermosa, no habiéndolo sido antes ni volviendo a serlo más. Pero puede que tú sonrieras al verme y tu mundo sólo fuera yo durante un segundo. Al siguiente ya sé que no.

Te acercaste. Dime que te temblaron las piernas. Y dijiste “rubia de labios rojos”. Sonreí y lo fui durante unas horas, en la que escuchamos, sentimos, nos miramos y nos esquivamos.

Nada es eterno y lo sabíamos. Si estaba siendo tu cenicienta, tendría que marcharme y quizás convertirme en calabaza.

Me dejaste ir y todavía me pregunto si te arrepientes, si hubieras querido cambiar la historia y ahora estaríamos en una lucha que no sé si podría pelear.  

Sabes que horas antes estuve a punto de derrumbarme y que horas después cambiaría mi destino. El que tú no cambiaste.

Quizás fue lo mejor. Pero te imagino corriendo por las escaleras del metro, búscandome, dándome un abrazo eterno y diciéndome “quiero apostar todo al rojo chanel de tu boca”.


Vértigo

martes, 20 de mayo de 2014

Vente

Búscame entre el público...



lunes, 21 de abril de 2014

jueves, 27 de marzo de 2014

Rafa Pons

22 de Marzo de 2014
Galileo Galilei
Madrid

El pasado verano en un pueblo de la mancha escuché por primera vez a Rafa Pons. Un festival de cantautores al que fui por Luis Ramiro y del que volví enamorada de Rafa. Unos meses después fui a verle en Galileo Galilei. Y el sábado 22 de marzo fue nuestra tercera cita. 

Como él diría, nos vamos conociendo. Y no voy a negar que me gusta.

Rafa Pons consigue que el concierto sea feliz. Podría resumirlo en sonrisas y buenas sensaciones. Ganas de vivir la vida. No de sufrirla, no de pasarlo mal ni de pelear pensando en derrotas. De sentir con optimismo, con alegría, con vitalidad.

No estoy diciendo que cree un mundo disney, porque no lo hace. Ni que sea un concierto con fuegos artificiales, con decorados y sin verdad. Porque también hay sentimiento, profundidad, referencias actuales y críticas al mundo en el que vivimos.

Nuestra tercera cita fue perfecta. De esas que sabes que habrá cuarta, quinta y todas las que él quiera. Ya en la primera le hubiera invitado a subir a casa, en la tercera le hubiera dicho que pasara "diez minutos o toda la vida"

El concierto empezó con las cuatro primeras canciones de su último disco. Supe que cantó "A que me enamoro" porque yo se la pedí. Esta vez no tuve que sacar el móvil para escribir un "ya no me asusta el invierno", sólo tuve que coger su mano.

Siguieron clásicos de sus anteriores discos, anécdotas, canciones nuevas y muchas risas. El alma a flor de piel escuchando "Supongo" y "Nieve en la ventana".

Rafa es un hombre espectáculo, en el buen sentido. Que me hace reír y me pone sensible, al que me comería y después le pediría un abrazo de esos que nunca me han gustado. Siempre sonriendo mientras él está en el escenario, mientras suena su música

En las últimas canciones nos apartamos de las mesas para poder saltar, poder mover los pies que llevan todo el concierto queriendo bailar. Da igual lo que pase fuera de galileo, que el mundo se derrumbe o arda madrid, durante el concierto somos felices.

Salimos de galileo con la felicidad en el cuerpo, esperando no tardar mucho en tener otra cita con Rafa Pons.


Vértigo

martes, 18 de marzo de 2014

Tarde

Una noche te despertarás de madrugada y sentirás que se te ha olvidado algo. Te incorporarás en la cama y le mirarás. El silencio lo invadirá todo. Comprobarás de nuevo que sigue ahí y sonreirás. Es el amor de tu vida y duerme feliz a tu lado. Nunca soñaste la vida que ahora tienes. Te cuesta recordar aquella chica que eras, siempre independiente, siempre a su aire. Hasta que le encontraste y tu mundo empezó a girar a su alrededor. Descubriste nuevas aficiones y nuevas posibilidades. De su mano caminaste con paso firme. 

Han pasado años y sigues en la misma nube. Suspirando con sus llamadas, dejando que te haga feliz y haciéndole feliz cada día. 

Pero algo estarás olvidando. Pasearás por la casa buscando una explicación, algo que no hicieras, un motivo para estar despierta. Seguro que habrás puesto el lavavajillas, él habrá planchado y el fuego estará apagado.

Seguirás pensando, dando vueltas, queriendo dormir aunque prefiriendo descubrir que está fallando, porqué estás despierta.

Te acordarás de mí. Y cogerás el teléfono para escribirme o para llamarme. Sólo para hablar. Mirarás el teléfono y te entrarán dudas. Si habré cambiado de móvil, si me habré mudado, si seguiré con aquel chico con el que estaba quedando, si seguiré escribiendo relatos e historias imposibles. Y te darás cuenta de que no lo sabes. No tendrás ni idea.

Intentarás recordar la última vez que hablamos, que nos sentamos delante de un tinto de verano para reírnos de la vida. Pensarás en alguna cena de navidad en la que seguramente coincidimos y nos saludamos educadamente. Te preguntarás por qué ya no recibes correos míos preguntando qué tal, por qué te deje de proponer planes, por qué ya no sabemos de nuestras vidas cuando hubo un tiempo en el que al mirarnos nos lo decíamos todo.

Al pensar mí, pensarás en tus otras amigas. Y sólo estarás en contacto con las novias del que duerme a tu lado. El resto fueron desapareciendo y esta noche parece que las echas de menos.

No me llamarás. Ni te llamaré yo aunque también esté despierta pensando en ti. 

Te dirás que las cosas cambian. Y yo me diré que te echo de menos, pero que me cansé de decirte que buscaras tiempo para quedar las dos sin nadie más, de querer que tuviéramos nuestro mundo también, de luchar por una batalla que perdí el día que le conociste.

Seguirás pensando y te darás cuenta de lo que has olvidado. Llevas años olvidando cuidar a tus amigas y puede que sea demasiado tarde. O no.


Vértigo

viernes, 7 de marzo de 2014

Operación dragón

No dirás que no aviso con tiempo... ¿Nos vemos el 25 de abril?





domingo, 23 de febrero de 2014

Correo no enviado - Concierto benéfico UNRWA

Luis Eduardo Aute, Ismael Serrano, Marwan, Andrés Suárez, Luis Ramiro y Funambulista
21 de Febrero de 2014
La Riviera
Madrid

​​Hola mi niño,

¿Te parece si te cuento el concierto del viernes pasado?

Creo que te dije que era benéfico, la causa eran los niños palestinos. Ya hemos hablado mil veces de como están las cosas...

Fue en la riviera, no recuerdo si has estado alguna vez. Esperando las manos casi se me quedan congeladas! Por suerte no tuve mucho que esperar. ¿Sabes que no se pueden meter gominolas? No llevaba nada, pero sigo sin entenderlo.

La espera fue entre conversaciones y risas, miradas al infinito y pensamientos sobre ti. Sí, lo reconozco, te echaba de menos.

Empezó el concierto Funambulista. Tiene algo ese chico, no sé, pero cuando le veo en directo me dan muchas ganas de seguir escuchándole, luego nunca lo hago, pero sé que debería. (Puede que mi amiga tuviera razón aquella noche cuando te dijo que te pareces un poquito a él).

Siguió Andrés Suárez. Increíble la conexión que tiene con el público, aunque no conmigo. Otro que debería escuchar, pero seguirá en la lista de pendientes...

Ah! No te he dicho que estaba Marino tocando el violín. Sí, el violinista que te dije que también canta que fui a ver a libertad 8. Es muy bueno.

Después llegó el momento de Ramiro. Estás cansado de que te hablé de él y de  que te recomiende canciones. Empezó con Perfecta, y en un instante te imaginé cantándomela y dándome un beso. Siguió con una nueva canción, creo que invasión extraterrestre o algo así, habrá que volver a escucharla. Y terminó con relocos y recuerdos y fue mágico. Tiene una frase que dice "seré la excepción, mi dolor no lo cura el tiempo" y siempre la canto desde dentro, pensando que soy esa excepción. Esta vez no, quizás mis heridas están casi curadas o están muy escondidas, quizás a tu lado estoy olvidando dolores y miedos, quizás me estoy enamorando de ti.

Siguió Marwan, ¿te acuerdas al poco de conocernos que fui a un concierto suyo? Te lo dije y te pusiste a buscarle en youtube. No consigo que me encante pero me hizo pensar mucho sus letras, su manera de hablar del amor, de los cuerpos, de los fracasos. Sentí que me empiezan a gustar tus abrazos cuando antes sólo pensaba en vestirme.

Habló de su padre, que fue refugiado en Palestina y cantó una canción con su historia. El concierto cobró otra dimensión. ¿Sabes? Puede que hasta entonces fuera un buen concierto pero Marwan consiguió involucrarnos en el problema, hacernos sentir que es real, que está pasando.

Y llegó el momento Isma, ya sabes que mi principal razón para ir. Todavía no me has visto nunca después de un concierto suyo, cuando me comería el mundo, cuando soy capaz de todo. Tocó cuatro canciones, la primera No estarás sola. Venga, búscala y escúchala. Un tiempo fue mi canción favorita, antes de serlo Vértigo. Cantó luces errantes, que está grabada con niños palestinos y hace que la piel se erice, donde estarás (búscala también!) y terminó con Papá cuéntame otra vez, la que el otro día empezabas a cantar.

Reconozco que no me gustaron algunos arreglos que hizo a las canciones, pero es Isma y me conquista siempre.

Terminó el gran Aute, nunca le había visto en directo y se notan sus tablas, su presencia. Por algo es un maestro para los que antes pasaron por el escenario. Tocó tres canciones y la cuarta fue Al Alba rodeado del resto. Nadie se creía lo que estaba pasando en el escenario, todos juntos. Momento para recordar.

Salí con una sonrisa en la cara, con ganas de llamarte y contarte el concierto, queriendo plantarme en tu casa y proponerte que me cantaras perfecta y me dijeras que cambiaremos el mundo juntos. O de decírtelo yo. Y que me hicieras sentir que no estoy sola, que mañana saldrá el sol y demostremos juntos que los dolores los cura el tiempo, que los nuevos recuerdos pueden inundar las viejas cicatrices y que todo es posible.

Muchos besos


Vértigo