domingo, 27 de abril de 2008

Quique González

18 de Abril de 2008
Palacio de Congresos
Madrid

Concierto de Quique González en Madrid, una noche especial, una gran noche. Pero por primera vez escribo para criticar, para decir lo que no me gustó y lo que se podría mejorar.

Aunque reconozco que soy seguidora de Quique González. Me gusta su música, sus letras, su actitud. Me gusta Quique y me gusta mucho.

El concierto me parece que estuvo bien. Quique y La aristocracia de barrio son una banda, en la que todos son importantes. Quique está arropado, se siente cómodo y eso se nota.

El repertorio incluyó canciones nuevas, canciones antiguas y hasta una preciosa inédita. Pasaba de canciones de mucha fuerza a momentos más calmados (impresionante cuando cantó La cajita de música) y ninguna transición resultó forzada. Todo seguía un ritmo que parecía continuo aunque estuviera dando grandes saltos.

No tengo nada que criticar a Quique ni a sus músicos. Hicieron lo que tenían que hacer y lo hicieron muy bien.

El problema es otro. El concierto fue en el Palacio de Congresos de Madrid, que tiene unos asientos muy cómodos. Mi día había sido largo y reconozco que estaba cansada. Pero aun así cuando empezaron a sonar los primeros acordes me entraron ganas de levantarme y empezar a votar. Y esas ganas no sé me quitaron en todo el concierto. En algunas canciones todo el público se levantó, y yo con ellos. Cuando se volvían a sentar yo quería seguir de pie…

El problema fue el recinto. La música de Quique es para escucharla de pie, rodeado de mucha gente y no parando de moverse. Aun al recordar el concierto que dio hace unos años en aqualung se me pone la piel de gallina y una sonrisa viene a mi cara. Cuando recuerde el concierto del Palacio de Congresos claro que sonreiré pero nada recorrerá mi cuerpo.

Vértigo

viernes, 25 de abril de 2008

Cuatro (ayer)

Cuatro.
Cuatro.
Cuatro.
Cuatro.

lunes, 21 de abril de 2008

martes, 15 de abril de 2008

Avanzo/Retrocedo

Avanzo, avanzo, avanzo. Retrocedo, retrocedo, retrocedo, retrocedo. Avanzo, avanzo, retrocedo. Avanzo. Retrocedo, retrocedo.
Miro donde me encuentro y siento que he ido demasiado lejos y en el sentido incorrecto.
Observo mi alrededor. Le siento cerca. Te siento lejos.
Quiero avanzar. Necesito avanzar. Consigo avanzar. Pero me cruzo con su mirada y retrocedo. No quiero retroceder. No puedo retroceder. Me hace daño. Le aparto de mi camino y me empuja hacia atrás. Trato de no mirarle y por un instante parece que se ha ido y que sigo mi camino. Pero vuelve a aparecer y me lo impide.
Retrocedo y vuelvo a retroceder. Pero me cruzo con tu mirada y avanzo. Necesito avanzar. Quiero avanzar. Me siento bien. Pero pierdo tu mirada y tengo miedo. Me buscas y me empujas hacia adelante. Voy en el buen camino. Voy en el sentido correcto.
Avanzo y vuelvo a avanzar. Aparece él y no quiere que avance, trata de impedírmelo. Se pone en mi camino y me hace daño. Apareces tú y me siento bien. No consigues que avance y él no consigue que retroceda. Estoy parada y me asusto. Tengo miedo. No sé qué hacer.
Pienso y decido. Le miro y le digo que se acabó. Te miro y te confieso que te necesito. Coges mi mano y avanzamos juntos por nuestro camino en el sentido correcto.


Vértigo

viernes, 4 de abril de 2008

Correo no enviado

...

...Todavía me queda mucho para terminar la carrera, pero por primera vez no veo tan lejano el final. Un final que siempre vi muy muy lejano.

Y me planteo demasiadas cosas. Esa eterna adolescencia puede no durar siempre, y puedo tener que hacerme mayor. Pero qué es hacerse mayor? No lo sé. Si tengo que asumir responsabilidades las asumiré supongo, pero que nadie diga que hacerse mayor es dejar de soñar. Soy de las que prometo que si peter pan viene a buscarme, podrá encender la luz porque no le traicioné.

He oído demasiadas veces eso de que cuando crezcas cambiaras, perderás esos ideales románticos y te darás cuenta de las verdades de la vida. No me gusta ser ingenua, pero si espero seguir viendo el lado bueno de las cosas y no perder ese optimismo que creo que me acompaña.

Y para no perderlo, os necesito cerca. Necesito a la gente que me anima cuando lo necesito, que me recuerda que todo es posible y que me acompaña cuando todo va bien...

...

...El año que viene supongo que mi vida será diferente.
Y no sé que será de vosotros, prometo hacer todo lo que esté en mi mano para no perder el contacto (con los que no estudiáis conmigo lo he conseguido) pero no sé lo que pasará. La vida es larga y el destino puede separarnos y volver a juntarnos..

...

Vértigo

lunes, 24 de marzo de 2008

Ismael Serrano

Vuelvo al pasado y recupero una crítica que escribí hace tiempo, cuando mis miedos eran otros pero el vértigo era el mismo. Pasan los años y ya no me siento Incertidumbre, aunque por suerte sigo coleccionando dudas y sigo escuchando a Ismael Serrano.
Esta vuelta al pasado es culpa de Javi. Gracias por el premio, por tus palabras y por todo.
Y también gracias a ti, que estás leyendo esto y puede que también sientas vértigo...

10 de Marzo de 2.006

Palacio de Congresos

Madrid

Ismael Serrano siempre vuelve a Madrid, como dice la canción con la que empezó el concierto. Y siempre es bien recibido. Lleno absoluto para una noche especial. Todos los presentes estábamos dispuestos a dejarnos llevar por Isma y sólo pusimos una condición: que no se acabara la noche y que no nos enamoráramos.

Aunque el recinto era de gran capacidad, el concierto resultó muy íntimo. Parecía que éramos familiares y amigos. En el escenario él y el maestro Fredi Marugán; no hacía falta nadie más. Un decorado simple y adecuado con un avión de papel y un juego de luces sencillo pero efectivo.

Se notaba en el aire una sensación distinta, fin de una gira que ya se acerca al año. Y tocar en casa siempre implica una emoción añadida.

Quiso compartir el escenario con grandes amigos que también son grandes artistas. La gran sorpresa fue la aparición del gran Quique González, consiguiendo crear una atmósfera única. Cantó con Pedro Guerra una de Silvio, alguien le debe un beso. Y también aparecieron Jacob Jureda y Javier Bergia, increíbles músicos habituales compañeros en sus giras.

La decisión del repertorio siempre es complicada, sobre todo teniendo seis discos con canciones emblemáticas. Optó por cantar tanto canciones nuevas como antiguas. Se agradece que no se centrara, aunque cantó bastantes, en su último disco “Naves ardiendo más allá de Orión” Hubo tiempo para canciones de todos los discos, especialmente para los primeros. Y nos regaló dos temas inéditos: uno en clave de tango y otro dedicado a un cine desaparecido del barrio de su infancia.

Se podrían destacar demasiados momentos. La conexión con el público fue perfecta. Permitió que cantáramos partes de sus canciones mientras nos miraba con emoción. Puede que ya no sea ese veinteañero que sufría en los aeropuertos pero cuando se mira en el espejo seguro que aún se reconoce. Debe estar orgulloso de no habernos traicionado.

El 10 de Marzo estaba en medio de dos aniversarios. El día anterior fue su cumpleaños y sus seguidores le cantaron el cumpleaños feliz. También era la víspera del 11-M. Con todo el respeto cantó Fragilidad, y con todo respeto recordó a las víctimas.

Entre canción y canción aprovechó para contarnos sus causas. Aunque cada vez está menos hablador, ya no cuenta largas historias sobre gemidos o enamorados de camareras.

Canta para sentirse menos sólo y quizás por eso le escuchamos. Con sus conciertos consigue que nos sintamos capaces de cambiar el mundo. Hace que sienta que todo es posible.

Ismael Serrano tiene la virtud de ser honesto en su propuesta y de ofrecer lo que promete. Cuando canta que espera que en nuestras ventanas luzca el sol cada mañana le creo. Tras tres horas de concierto ha conseguido que el vértigo pase.

Pero el amor es eterno mientras dura y las condiciones no siempre se cumplen. La noche se acabó y puede que todos saliéramos más enamorados.

Incertidumbre

lunes, 17 de marzo de 2008

Me mareo

Me mareo. Me siento mareada y todo da vueltas. Busco un punto fijo en el que mantener la mirada y no lo encuentro. Busco un pensamiento en mi cabeza en el que fijar mis ideas y tampoco lo encuentro.

No veo solución y me dejo llevar. Me muevo por la habitación movida por una música que no suena. Mis ideas deambulan por mi cabeza pasando por el desayuno hasta las noticias del mediodía, pero no se consiguen detener.

Cojo el boli y un trozo de papel y trato de escribir, trato de dejar de moverme. Sentada, mi cabeza se mueve y mis pensamientos tampoco se quedan quietos.

Empiezo a escribir sin saber que quiero escribir. Empiezo a soñar sin saber soñar.

Y me paro. Dejo de escribir, dejo de moverme y dejo de pensar.

Me viene una imagen a la mente, eres tú. Releo lo escrito y sólo pone tu nombre.

Me levanto y me vuelvo a sentir mareada, pero ahora sé que eres tú el que me marea.

Salgo de casa y te busco.

Por fin tengo claro que sólo hay dos opciones: o besarte y que me devuelvas el beso; o dejarte ir y me devuelvas mis pensamientos.

Vértigo