martes, 1 de marzo de 2011

Le propinó un puñetazo

Nacho Vegas habla en Casa de América sobre literatura y música.


Le escucho descubriendo nuevas facetas, comprobando que me gusta más que el personaje que soñé.


Divaga sobre letras, cuenta historias, anécdotas… desvaría sobre micrófonos… desvaría…


Y nos dice que en el tren leyó en el periódico “le propinó un puñetazo”. Hace sus teorías sobre propinar y dice que saldrá una canción.


Y yo me digo que saldrá un relato. Escribo el título “Le propinó un puñetazo” y me dispongo a escribir.


Recuerdo a Nacho Vegas y no consigo escribir otra cosa que no sea de él.


De sus palabras, también de brujita, la canción que nos regaló, y ya que estoy, de su música, de sus discos, que me tienen enganchada.


Debería terminar propinando algo… pero mejor termino escuchando a Nacho Vegas.



Vértigo


martes, 22 de febrero de 2011

Estoy rodeada de gente

Estoy rodeada de gente.


Veo que aquél me mira y me deja de mirar. El otro repasa mi cuerpo y sigue a por el siguiente.


No consigo oír a quien tengo cerca ni encontrar en su mirada algo que me transmita.


Muevo las caderas y cierro los ojos. Me siento sola. Los abro, compruebo el poco espacio que tengo y me siento más sola.


Miro a algún tipo y dejo de mirarlo. Repaso cuerpos y no me detengo en ninguno.


Tú podrías ser la persona que busco. Tus manos podrían apoyarse en mí para hacerse paso. Un disculpa escucharía de tu voz. Y tu mirada buscaría la puerta.


Y no me daría cuenta de que eres tú. Ni tú te darías cuenta de que soy yo.


Salgo y vuelvo a la calle. Y me pregunto qué hacía ahí dentro, donde no había espacio para bailar ni sueños que encontrar.


Vértigo.


domingo, 6 de febrero de 2011

Tiempo

Pierdo el tiempo.


Pasan las horas y si me preguntan qué he estado haciendo diré que nada, que el reloj fue avanzando y yo no se lo impedí, no intenté que los segundos duraran más, ni organicé los minutos en tareas.


Me mirarán sorprendidos, no entendiendo que fue de mí, de aquella estudiante que estiraba los días, que reducía sueños y estructuraba miedos.


No podré explicárselo. Ni con todo el tiempo del mundo podría transmitirles que ha cambiado.


Siguen pasando las horas y siguen creyendo que pierdo el tiempo.


Si me preguntas qué estoy haciendo, te diré que nada.


Me mirarás a los ojos y verás mi nada.


Verás que estuve escuchando el silencio, acompañando al segundero avanzar, sabrás que escribí mil historias en el aire y ninguna en el papel, que soñé sin cerrar los ojos y dormí sin abrirlos.


Me mirarás sorprendido entendiendo que sigo estirando los días, estructurando sueños y reduciendo miedos.


Y sé que te preguntas cómo estructuro sueños. Es sencillo, obligándome a soñar cada día. Sin perder el tiempo.


Vértigo.


sábado, 29 de enero de 2011

jueves, 20 de enero de 2011

LUIS RAMIRO – El mundo por delante


Luis Ramiro saca nuevo disco y nos marea con él antes de poder escucharlo.


Tanto que ni quiero comprarlo.


Edición especial en diciembre, edición no especial en marzo.


¿Comprar los dos? ¿Uno? ¿Ninguno?


Promoción por aquí. Promoción por allá.


Le veo más por facebook que a mis amigos.


¿Y si le elimino?


Algo me gustó de él, pero ya ni lo recuerdo. Sólo es el tipo que se anuncia a si mismo. Y empiezo a olvidar que anuncia.


Caminando con los cascos puestos en modo aleatorio suena “Diecisiete” y me apetece seguir escuchando a este chico.


Me digo que debería pasarme a comprar el disco, dudando si Luis, que una vez me enamoró, me volverá a enamorar.


Vuelvo a casa con “El mundo por delante” y me pongo a escucharlo.


En sólo unos segundos todo ha cambiado. Y cuando acaba el disco vuelvo a darle al play.


Es perfecto. Me gusta como suena: dulce, íntimo, con fuerza. Canciones que conozco y otras que descubro. Simplemente perfecto.


Luis ha vuelto a enamorarme.


Y ya me da igual que me siga mareando, que se siga anunciando, que sea mi peor amigo de facebook.


No importa. Ya sólo quiero escucharle y que la sensación que tengo mientras suena “El mundo por delante” no se marche nunca.


Vértigo.



viernes, 7 de enero de 2011

Cinco libros

No me hagas quedarme con cinco libros. No me pidas cinco discos. No me preguntes cinco canciones. No me hagas elegir.


¿Mis cinco libros favoritos?


Preferiría hablarte del último que leí, de una frase que me impactó, de libros que quiero leer, de páginas en blanco.


Pero si insistes, si quieres mis libros favoritos, te hablaré de libros importantes, favoritos o no, libros que ahora recuerdo.


“El guardián entre el centeno” y su protagonista, tan adolescente como lo era yo. Nada puedo decir, sólo que te gustará.


“Las cenizas de Ángela”, su segunda parte y también la tercera. Un mundo tan diferente al mío. O no. Me quedo con su optimismo.


“La fórmula preferida del profesor”, supe que me gustaría al leer el título y no me equivoqué. Sabía que me llegaría y me llegó.


“Romeo y Julieta”, “Rimas y Leyendas”, “Veinte poemas de amor y una canciones desesperada”. El amor que lo envuelve todo y el desamor siempre presente.


Debo llevar más de cinco libros. Ya te dije que no podría elegir.


Déjame nombrar uno más, que si no has leído te aconsejo que lo leas: “La vida es sueño”. No hace falta que te lo explique.


Vértigo