lunes, 12 de agosto de 2013

CantauTorre

10 de Agosto de 2013
Torre de Juan Abad


Primer festival de CantauTorre y primer viaje en busca de canciones en directo. Torre de Juan Abad nos esperaba y las dudas me iban asaltando durante el camino, preguntándome qué me encontraría allí y qué podría perder en Madrid si los miedos me invadían al llegar la noche.

Durante el viaje bares imposibles, calores que matan, gazpachos que reviven y melenas que se transforman. Nada parece imposible y la desconexión se hace real. Unos instantes consigo ni recordarle ni recordarte. Dejo de mirar el móvil y me centro en los pueblos que no quieren que nos marchemos.

Llegamos a la plaza de Torre de Juan Abad siguiendo las indicaciones. El ambiente de concierto se va sintiendo paulatinamente hasta que el primer grupo empieza a tocar. Otro grupo les sigue e invitan a subir a Luis Ramiro para cantar besos de hilo y empiezo a sentir.

Jpelirrojo y Curricé crean un espectáculo lleno de risas y buenas sensaciones: cantan, sonríen, hacen un rap que llega hasta a los no seguidores. 

Nos acercamos a primera fila con ganas de escuchar a nuestros cantautores. Empieza Luis Ramiro, sorprendiendo con canciones que no suele tocar. Canta En círculos y aunque no lo dice, siento que es para mí y brindamos por ello. Es el concierto soñado de Luis Ramiro, estamos cerca del escenario, es él y la guitarra (no necesita nada más) y estamos de pie pudiendo cantar, bailar, movernos… Aunque resulta corto y me quedo con más ganas de él, de más canciones, de más sentimientos (sin el tiovivo parece que es un concierto sin terminar).

Vuelve a conseguir que mire el mundo de manera más intensa, que sienta, que quiera luchar o no luchar, pero siendo consecuente conmigo misma. Ya ni recuerdo que él no está y sólo pienso en ti. Te escribo y te digo que te echo de menos y por una vez tengo claro que es nuestro momento y que debemos intentarlo. Los dos nos merecemos una oportunidad y no puedo culparte por no jugar conmigo como lo hizo él. 

Sube Rafa Pons al escenario, al que nunca antes había escuchado. Con la primera canción me conquista y durante el resto de actuación me va enamorando. Sus letras, su voz, su actitud. Consigue  emocionarme y hacerme reír. Bailamos con él y nos deja con una gran sonrisa en la cara. Grande Rafa Pons, muy grande.

Termina el concierto con Marwan, al que veo por segunda vez en directo y al que le daré todas las oportunidades que hagan falta hasta convertirme en su fan. Reconozco que tiene todo lo necesario para que lo sea, sólo falta que encontremos nuestro momento y todavía no ha llegado.

Comentamos el festival sabiendo que ha sido una noche para no olvidar, que esperemos que el año que viene se repita y podamos volver.

Domingo de vuelta a madrid sigo analizando, pensando, sintiendo: sabiendo que ha sido el fin de semana que necesitaba, que he tenido la mejor compañía que podía desear, que he aprendido, que he vivido, que no sólo ha sido un concierto. Mi semana empezó con fracasos, con búsquedas que no consigo dejar, con dudas y hasta con lágrimas. Termina sonriendo, con dos manzanas que han viajado, con buenos recuerdos y grandes conversaciones en mi cabeza. Seguiré con mis búsquedas, con mis cambios, asustándome y agobiándome, diciéndote que quiero verte y saliendo corriendo cuando me lo digas tú. Y seguiré planeando conciertos en los que será importante quien actúe (¿cuándo tocará Rafa Pons en Madrid?), pero lo será mucho más quien estará a mi lado para brindar. Tengo muy claro quien quiero que sea.

Vértigo

2 comentarios:

Catadora de sabores dijo...

Quizás la cuestión sea esa, darnos cuenta de quien queremos que brinde y quién no se merece compartir mesa con nosotros. El tiempo de la "comida" engloba, se podría decir de una a cuatro del mediodia, quién llega tarde no puede pretender que le espere la cocina abierta.

Habrá que reflexionarlo.

(a veces la música acompaña estados, y a veces, debemos de dejar de lado esa música para encontrar otros nuevos...)

Desconcierto dijo...

Grandes e íntimos relatos...no he leído a nadie que pueda mezclar tan bien las sensaciones y la música, la vida real y lo que pretendemos ser durante una canción. Siempre el vértigo a la vida y el vértigo a unos brazos, a una sonrisa, a una putada...a un beso eterno.

Mil abrazos.