jueves, 14 de marzo de 2013

Luis Ramiro

9 de Marzo de 2013
Joy Eslava
Madrid

Hay noches que sé que serán especiales, que algo cambiara dentro de mí, que miraré al mundo de manera diferente, que tendré mis ideas más claras y mis miedos no me impedirán actuar. Noches en las que te llamaré durante la noche, te diré que te echo de menos y que vengas a rescatarme.

Un concierto de Luis Ramiro suele causar ese efecto en mí. Sus canciones me transforman, hacen que salga mi auténtico yo (al que no le importa no ser lo que esperas, ni hacer lo que se supone que no debe hacer, que está dispuesta a luchar, a llorar, a perder, que apuesta por su vida, que apuesta por ti) salga a la luz y actúe en consecuencia.

Lo consigue cuando pongo su cd en casa, cuando lo escucho camino del trabajo, cuando le doy al play porque lo necesito. Aunque a veces no es suficiente y mis miedos siguen ahí y me sigo escondiendo detrás de una sonrisa.

En concierto lo consigue a mayor escala. Las emociones son más intensas y todo puede ocurrir. Una noche de concierto de Luis Ramiro es una noche especial, en la que haré las cosas bien, seré consecuente y si las lágrimas caen será que necesitaba que cayeran.

Voy al concierto de Joy Eslava de presentación de El monstruo del armario y aunque sé que necesito esos sentimientos, esta vez mis motivos son otros. Voy porque Luis Ramiro se lo ha ganado, porque me hace ilusión acompañarle en un día importante para él, porque con la autofinanciación de su disco nos ha hecho formar parte de algo único, porque siento que tengo que estar.

Fue un buen concierto, se notaba el esfuerzo que ha habido detrás, las ganas de que nos gustara, de que lo pasáramos bien, de que fuera una fiesta, de que fuera algo distinto a Luis Ramiro actuando con su guitarra en acústico. Y lo fue.

Me sentó bien cantar con fuerza las canciones de Luis Ramiro. Decir "hoy quemaré los bares" y creérmelo. Escuchar En círculos y sentir cada palabra, queriendo huir del vértigo, de mis problemas, de mi misma. Volviendo a encontrarme en Relocos y recuerdos, sabiendo que seré la excepción, que mi dolor no lo cura el tiempo. Pero confiando, que aunque tú no seas el culpable, seas el que por fin encuentre el monstruo de mi armario.

Me hubiera gustado que me miraras mientras sonaba Perfecta y darte un beso, sentir que no importa todo lo que hice mal y que todavía no es tarde para nosotros.

Eché de menos que Luis Ramiro silenciara la banda en alguna canción y se volviera todo más íntimo (sólo lo fue cuando Marino nos hizo callar con su violín y aparecieron pompas mágicas), que Luis cogiera la guitarra o el piano, y nos llegara al corazón, nos hiciera olvidar que estábamos rodeados de gente y sentir que sólo cantaba para mí.

Agradecimos que nos presentara a Patricio B y que nos enamorara con una delicadeza extraña (al día siguiente le estaba buscando descubriendo que su estilo es otro y que acabaré cantando sus canciones); que subiera a Marwan al escenario y yo volviera a recordar que le tengo en mi lista de pendientes.

Balones gigantes, confeti, ambiente de fiesta. Canto, grito, aplaudo, boto, me río. Disfruto el concierto. No me estoy transformando, pero tampoco me importa.

Termina el concierto con El Tiovivo y sé que ha sido un concierto redondo, un gran concierto.

Salgo de Joy Eslava sonriendo. Todavía queda mundo por delante. Luis Ramiro me ha dado fuerzas, ganas, optimismo pero esta vez no veo el mundo diferente. Aunque dudo si la culpa es suya o es mía. Puede que mi auténtico yo estuviera siempre presente y no hiciera falta sacarlo. No lo sé.

Esa misma noche vuelvo a cometer errores, a tener miedo, a equivocarme, a no hacer las cosas bien. Sentir que quiero que me cantes "aquí estoy yo.. tú agárrate que ya ha pasado..." pero no tener valor para decírtelo, no ser capaz de luchar una vez más, de dejar que el dolor pasado se pase y conseguir tenerte a mi lado.

Vuelvo a casa entre lágrimas y dudo de todo. Dudo de lo que sé, de lo que pienso, de lo que siento y hasta de lo que soy (puede que al final el concierto sí que me cambiara) No dudo de Luis Ramiro. Ni de sus canciones. Ni de su música. Ni de mis ganas de seguir escuchándole.

Aunque le prefiero en Libertad 8, donde es todo más directo, más sincero (sin pompas consigue más magia), siento que Luis Ramiro es más auténtico y no necesita nada más que su guitarra para hacer un gran concierto, donde estoy segura que me transforma y que después seré capaz de decirte que me des una oportunidad, que todavía podemos conseguirlo.

Me voy a Libertad 8 a por las entradas del día 20 de Marzo.

Prometo que volverás a saber de mí.


Vértigo

4 comentarios:

Cuerpos a la deriva dijo...

Gran crónica del concierto!!!

Tengo que confesar que aún le tengo un poco "castigado" pero empiezo a replantearme darle otra oportunidad, ya sois varias personas las que habláis muy bien de su nuevo disco.

Un beso

Desconcierto dijo...

Sin palabras.
Enorme.
Qué preciosidad de crónica...joder.

Muchos besos

"Que no nos roben la conciencia ni las ganas... de volar... de volar."

Rocío Andréu dijo...

El monstruo del armario... No sabía que había sacado un disco nuevo.
La última vez que vino a Murcia no pude ir a verlo, a ver si vuelve pronto, por allí no te quejarás, siempre puedes ir a verlo... Aunque supongo que habrá un antes y un después de ese concierto en el salón...

pd. Ese efecto lo causa Ismael Serrano en mí...

;)

Óscar Sejas dijo...

Yo fui de los fans originales de Luis. Después con el tiempo se me fue apagando la llama. He escuchado sus nuevos temas y puede que le de una nueva oportunidad. Reconozco que ha hecho un gran trabajo.

Abrazos.