Es extraño. Sigo a Ismael Serrano desde sus comienzos, sus discos suenan una y otra vez en mi habitación, no me pierdo un concierto y recuerdo cada palabra de sus canciones. Llevo semanas tratando de escribir sobre su último disco y no lo consigo. No lo entiendo, siento que puedo hablar con conocimiento de su música, comparar este álbum con los anteriores, ver su evolución, atacar sus puntos débiles… Pero cuando me siento en la cama con un boli, un papel y Sueños de un hombre despierto sonando de fondo no soy capaz. No consigo escribir críticas venenosas ni dulces alabanzas, no soy objetiva ni tampoco subjetiva. Simplemente no puedo. Sigue sonando su música y me doy cuenta de que estoy enamorada. Cada vez que escucho a Ismael Serrano me enamoro. Me enamoro de la vida, de la luz del amanecer, de la utopía, de las revoluciones y, por supuesto, me enamoro de ti. Supongo que en este estado miro de manera distinta al mundo y es imposible criticar al desencadenante de este pequeño milagro.
Sólo puedo decir que me gusta Sueños de un hombre despierto y que Ismael Serrano sigue causando el mismo efecto en mí que cuando empezó. Ojalá también lo tenga en ti.
Vértigo